El anuncio de la dirigencia nacional del PRD de respaldar la iniciativa del PAN para reformar la legislación electoral en materia de postulación de candidatos independientes generó rápidamente una rebelión de los senadores del sol azteca. El coordinador Miguel Barbosa sostuvo que Carlos Navarrete no estuvo en la mesa de la reforma política y no puede pedir a los grupos parlamentarios perredistas colocarse a la cola del PAN.

Cómo podrían sumarse, cuestionó, a una iniciativa que ni siquiera se ha presentado aún y que sólo fue anunciada por el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya. Barbosa adelantó que los senadores del PRD van a presentar su propia iniciativa el martes próximo, una reforma constitucional para garantizar que no se haga nugatoria la posibilidad de acceder a las candidaturas independientes.

En un comunicado, el PRD había llamado a sus grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados y en el Senado a participar en el proceso legislativo que permita que el Congreso apruebe la iniciativa en un tiempo conveniente.

Barbosa expuso que en paralelo promueven un pronunciamiento político desde el pleno del Senado, en el que participen todos los grupos y los legisladores sin bancada. No hagamos de los anuncios una estrategia demagógica, sino acciones concretas desde la competencia de los órganos de los que somos parte.

La iniciativa de los senadores del PRD garantiza que en las constituciones locales no se nulifique el derecho constitucional de los ciudadanos a participar como candidatos independientes.

El coordinador recalcó que los perredistas rechazan los intentos de los gobiernos estatales de impedir las candidaturas independientes por medio de reformas electorales que impiden concretar esa alternativa para competir en elecciones fuera de los partidos políticos. Esto ha ocurrido ya en Puebla, Chihuahua y Tamaulipas

Barbosa resaltó que tampoco están de acuerdo en que se configuren las candidaturas desde el estatus, por acuerdo de ricos o de personalidades. Tampoco, agregó, deben construirse para detener a algún aspirante o impedir el movimiento natural de la sociedad en favor de alguien.