Filadelfia-Roma.

El papa Francisco declaró este lunes que tanto él como el Vaticano trataron de ayudar en las negociaciones de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de Juan Manuel Santos, durante su regreso a Roma tras la gira que realizó por Cuba y Estados Unidos.

Estoy muy contento, siempre quise eso. Hablé dos veces con el presidente Santos y no sólo yo, aseguró Jorge Mario Bergoglio ante periodistas a bordo del avión papal.

Faltan algunos detalles, pero la voluntad de las dos partes ahí está. Ahora necesitamos el acuerdo definitivo, dijo.

Desde Bogotá, Humberto de la Calle, jefe de la delegación del gobierno colombiano que negocia con las FARC, dijo que el Papa desempeñó un papel muy significativo e igualmente importante será el papel que tendrá en el futuro.

El domingo 20 de septiembre, durante una misa en La Habana, Francisco apremió a evitar otro fracaso en la reconciliación entre el gobierno colombiano y las FARC.

En las negociaciones que se celebran en La Habana las partes alcanzaron recientemente un acuerdo, que incluye un punto sobre la justicia transicional, o la forma en que los actores de la guerra interna en Colombia pagarán por sus crímenes, y se pusieron un plazo de seis meses para firmar el acuerdo de paz definitivo.

Desde finales de 2012 el gobierno de Santos y las FARC adelantan en Cuba un proceso de paz para tratar de poner fin a más de 50 años de guerra.

Sobre la crisis migratoria en Europa y las alambradas que se construyen para impedir la entrada de refugiados, Bergoglio señaló: todos los muros caen, hoy, mañana o dentro de cien años, pero todos caen. No es una solución. El problema permanece y con más odio.

El hijo de inmigrantes italianos destacó que las causas de la situación actual son los largos años de guerra y de explotación y hambre en muchos países de África.

No es fácil encontrar soluciones, pero los muros nunca lo son; en cambio, los puentes siempre ayudan, añadió.

Del matrimonio homosexual, Francisco consideró que no se debería obligar a funcionarios de gobierno a implementar leyes que vayan en contra de sus creencias religiosas.

Aunque el Papa argentino no mencionó directamente el caso, se refería a Kim Davis, funcionaria estadunidense que por motivos religiosos se negó a emitir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo y fue detenida seis días por desacato en Kentucky.