Dos expulsiones en un par de minutos terminaron con las aspiraciones de los regiomontanos
Los delanteros universitarios desaprovecharon la ventaja numérica; realizaron jugadas de fantasía, pero no acertaron al marco
El francés Gignac fue el más peligroso de los visitantes
Lunes 28 de septiembre de 2015, p. 2
Sólo un gol y nada más. Con eso Pumas venció a Tigres y regresó a la cima del torneo, en un partido que pudo terminar con un marcador más robusto debido a la expulsión de dos jugadores del conjunto regiomontano, pero los auriazules no supieron aprovechar.
La lucha era frontal y el riesgo del empate podía olerse en la cancha de Ciudad Universitaria. Pero en dos minutos Rafael Sobis y Joffre Guerrón regalaron el duelo al perder los estribos y cometer faltas que dejaron desprotegido a su equipo. Los huecos eran evidentes y Pumas se impuso sobre el campo, pero le faltó un tanto de puntería y otro de fortuna para capitalizar la ventaja numérica.
Con nueve jugadores, Tigres tenía pocos recursos para intentar el empate, y lo único que podía hacer era amurallar su área para impedir más goles. Ricardo Tuca Ferretti dejó de manotear como había hecho hasta entonces y se hundió en su área técnica, gesto que expresó la derrota inevitable.
Antes de eso, el partido era equilibrado con un Tigres ordenado al estilo Tuca. Disciplinado y atento a las posibilidades de contragolpe que ofrecía Pierre Gignac, que cada que tocaba la pelota hacía evidente su potencial.
Pumas no lograba descifrar la apuesta del Tuca y buscaba el arco. Sin embargo, los delanteros auriazules no estaban en su día y los embates no prosperaron. En unas cuantas oportunidades y poca claridad se fue el primer tiempo.
El duelo siguió con esa lógica en el complemento, hasta que Eduardo Herrera robó el esférico y en una carrera poderosa llegó al área rival por el costado derecho. El artillero no arriesgó la oportunidad y cedió la pelota a su compañero Ismael Sosa, quien llegó puntual y sólo tuvo que empujar para conseguir el gol.
Una descarga recorrió a Tigres, que inmediatamente lució su potencia y puso a prueba al arquero Alejandro Palacios. Tuca manoteba al dar indicaciones y pedía atención a sus jugadores, con la certeza de que un gol no era irreversible.
Gignac empezó a notarse más y tuvo alguna llegada en el área, pero Verón estaba impecable y logró sacarle la pelota cuando el francés parecía más peligroso.
Sin contundencia
Pumas no conseguía afinar sus disparos, y aunque hacía jugadas que merecieron aplausos, los remates provocaban que sus aficionados se llevaran las manos a la cabeza. Incluso el autor del gol no volvió a tener contundencia. Fidel Martínez, más errático que de costumbre, le envió una pelota que requería un empujoncito para quedar en las redes, pero Sosa no reaccionó a tiempo.
Luego vino la desesperación y Tigres regaló el partido. Primero en una jugada apretada, en la que Sobis no supo deshacerse de Verón y en la disputa le asestó un pisotón inútil que le costó la tarjeta roja. Los de la UANL estaban comprometidos y dos minutos más tarde Joffre Guerrón arruinó todas las esperanzas de los regiomontanos de empatar el partido. Una entrada sin explicación ni coherencia sobre Fidel Martínez se ganó otra roja que dejó completamente sin filo a los visitantes.
La mesa puesta, pero Pumas parecía satisfecho y con poco apetito. Con tantas posibilidades, los auriazules se desplegaron en jugadas maravillosas, pero que se les quedaron a medias. Fidel Martínez de pronto se metió a un área vulnerable y con una par de túneles envió la pelota lejos. Luego Sosa amenazó y le regaló una oportunidad a Dante López, quien de manera inexplicable le dejó la pelota a Nahuel Guzmán.
La peor fue la de Alcoba, quien después de hacer una jugada antológica, con autopase y público de pie, echó a perder el esfuerzo y no aprovechó que Fidel lo acompañaba para rematar el embate.
Tigres ya no pudo hacer nada cuando quedó con la uñas rotas y se le acabó la racha de cinco partidos ganados. Pumas, en cambio, no tuvo hambre y se conformó con volver a ganar en casa. Sólo eso, pero suficiente para presumir que esta semana es el líder.