La Habana.

El papa Francisco se encontró este domingo con los cubanos en una emotiva misa en la Plaza de la Revolución, en la que hizo un llamado a servir a los más frágiles y no a las ideologías en el servicio a los demás, tras lo cual acudió a visitar al líder de la revolución cubana, Fidel Castro, en su residencia en esta capital.

Ante unas 200 mil personas reunidas con el famoso mural del Che Guevara como fondo, el líder católico reflexionó sobre un pasaje bíblico en el cual los apóstoles discutían por ver quién de ellos era más importante.

Quien quiera ser el primero que sea el último de todos y sirva a los demás, no que se sirva de los demás, ponderó.

El Papa argentino dijo que “servir significa cuidar a los frágiles de las familias, de la sociedad, del pueblo, porque ellos son los rostros sufrientes, desprotegidos y angustiados a los que Jesús propone mirar e invita a amar.

Ser cristiano entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos, expresó.

En el Ángelus, Jorge Mario Bergoglio pidió por la paz en Colombia ante una multitud que desde la madrugada colmó la plaza. Hizo un llamado a evitar otro fracaso en la recociliación de ese país que sufre un conflicto armado de más de medio siglo, en alusión a los diálogos del gobierno de ese país y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, celebrados en esta capital desde octubre de 2012.

Que la sangre vertida por miles de inocentes durante tantas décadas de conflicto armado sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo, incluso en esta bella isla, para una definitiva recociliación, expresó el pontífice.

El Papa reconoció la grandeza de los cubanos. “Es un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas. Es un pueblo que camina, que canta, que alaba.

Es un pueblo que tiene heridas, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza, reiteró.

El cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, intervino para pedir que el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba beneficie a sus pueblos.

Tres miembros de la Unión Patriótica de Cuba fueron detenidos antes de la misa, cuando comenzaron a gritar consignas contra el gobierno. Las disidentes Marta Beatriz Roque y Miriam Leiva dijeron que fueron invitadas a la ceremonia religiosa por la nunciatura, pero las detuvieron antes de arribar a la catedral.

Después de la misa el Papa se dirigió a la residencia de Fidel Castro, de 89 años, donde sostuvieron un encuentro muy familiar, muy informal, que duró 40 minutos, en presencia de la esposa del líder, Dalia Soto del Valle, así como de sus hijos y nietos, informó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Abordaron temas de actualidad internacional, como los daños al medio ambiente, e intercambiaron libros de regalo.

En la tarde el Papa se reunió en el Palacio de la Revolución con Raúl Castro, 50 minutos, y le agradeció el indulto a 3 mil 500 detenidos en cárceles con motivo de su visita apostólica. Francisco regaló al mandatario anfitrión un mosaico de la Virgen de la Caridad del Cobre.

En la recién reparada catedral de La Habana, de estilo barroco, el líder católico se encontró con religiosos y otros invitados, con quienes rompió el protocolo e improvisó un discurso, en el que pidió a sacerdotes, religiosas y seminaristas no caer en la tentación de la riqueza.

En una de sus últimas actividades de este domingo, el Papa dialogó con jóvenes en el Centro Cultural Félix Varela, a quienes pidió construir una cultura del encuentro y a los que invitó a que se abran al diálogo con aquellas personas que piensan diferente.

Holguín y Santiago de Cuba, en el oriente del país, se preparan para la llegada del Papa este lunes. El martes continuará su gira por Estados Unidos.