San Cristóbal de Las Casas, Chis.

El poeta y cuentista Eraclio Zepeda Ramos, fallecido el jueves a los 78 años, a causa de problemas respiratorios, fue sepultado ayer en la capital chiapaneca.

Los restos del autor de Benzulul y Las grandes lluvias se depositaron en la cripta familiar, ubicada en el panteón municipal de Tuxtla Gutiérrez, luego de una misa de cuerpo presente oficiada en la catedral de San Marcos por el arzobispo emérito de Acapulco, Felipe Aguirre Franco, quien fue obispo de Tuxtla Gutiérrez.

El féretro partió de la funeraria poco antes de las 10 horas rumbo a la catedral y después de la misa, decenas de familiares y amigos caminaron junto a él por la avenida central.

Allí el senador perredista Zoé Robledo Aburto, cuyo padre, Eduardo Robledo Rincón, invitó a Eraclio Zepeda para fungir de titular de la Secretaría de Gobierno cuando fue gobernador de Chiapas a partir del 8 de diciembre de 1994, dijo que para honrar su memoria hay que leer su obra literaria y conocer su vida de valores humanos, de congruencia y lucha.

Que las actuales y las nuevas generaciones sepan de Zepeda Ramos para que prevalezca en el tiempo, y señaló que personajes como Eraclio no se sepultan, se siembran para que fructifiquen todavía más.

El gobierno de Chiapas rindió homenaje de cuerpo presente al escritor la noche del jueves en el Congreso del estado, con la presencia del gobernador Manuel Velasco Coello; de los titulares de los poderes Judicial y Legislativo, Rutilio Escandón Cadenas y Jorge Enrique Hernández, respectivamente, así como de amigos y familiares.

El mandatario manifestó que “no es posible decir adiós a un hombre como don Eraclio Zepeda, porque su obra y recuerdo vivirán por siempre y serán la luz permanente para que las presentes y las futuras generaciones sigan su huella.

“Hoy, como don Chico de su cuento, Laco vuela para siempre entre palabras que resuenan en todo el mundo con acento chiapaneco, con un gran contenido universal.”