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De qué está hecho un general de división: Lázaro Cárdenas en el Verónica Oikión Solano El Colegio de Michoacán Como gran maestro de la política que fue el general Lázaro Cárdenas, no hay ninguna anotación en sus Apuntes, o la suprimió él mismo, que corresponda al día o días siguientes del Asalto al Cuartel Madera. La primera referencia directa sobre los acontecimientos se encuentra en sus anotaciones del día 5 de abril de 1966, lo que puede darnos una idea de que Cárdenas reflexionó largamente sobre los sucesos. Nos dice:
Por su parte, el general Cárdenas estaba muy concentrado en ese periodo en llevar adelante su proyecto para edificar un gran complejo siderúrgico en la costa michoacana con una visión nacionalista, pero estaba navegando a contracorriente en aguas políticas tumultuosas para conseguir su objetivo. Y creo que parte de la explicación de por qué el general Cárdenas ofreció a Díaz Ordaz tomar el pulso a los acontecimientos de Madera, fue llevar a cabo una estrategia para hacer presente su agencia en el camino tortuoso para echar a andar la planta siderúrgica y a la vez sensibilizar al presidente en turno –ya lo había intentado en primera instancia con López Mateos- sobre la necesidad de que el Estado mexicano se asumiera como el actor de primera línea en la integración de la industria acerera mexicana. El general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional, fue el conducto utilizado por Díaz Ordaz para reiterarle a Cárdenas su visto bueno para que visitara la zona. Cárdenas apuntó el 3 de junio que en Chihuahua
Por su parte, García Barragán le informó a Cárdenas que: “a raíz del ataque al destacamento del pueblo de Madera y al ser muertos unos de los atacantes y otros, refugiados en la montaña, se les buscó y se dispersaron”, y que por tanto, “la región está calmada y […] no existen partidas alzadas”. A su vez, el general Cárdenas le comunicó a García Barragán que durante su viaje a Madera quería que el ejército retirara “determinados destacamentos, en virtud de que estimo conveniente visitar la región, hablar con los vecinos y los campesinos, sin acompañamiento de fuerza. Los hechos –reiteró- surgieron de reclamos de tierra que dieron lugar a que se agitara, tomándolos como bandera”. El viaje se inició el día 21. Al día siguiente se trasladaron a la ciudad de Chihuahua, y hasta el día 24: “Nos encontramos hoy ya en esta ciudad Madera del Estado de Chihuahua”. El general Cárdenas la describe así:
Entre el 25 y el 29 de junio, Cárdenas y sus acompañantes hicieron varios recorridos por la sierra, y arribaron a la Mesa del Huracán, núcleo de la explotación maderera Bosques de Chihuahua, que funcionaba por medio de contratistas. Pero a los trabajadores utilizados en el corte del arbolado por éstos llamados contratistas
Hay que comentar aquí que el aparato de seguridad del Estado, por medio de la Secretaría de Gobernación, interceptó una carta enviada por Cuauhtémoc Cárdenas a su madre, Amalia Solórzano, desde Madera el día 28 de junio. La carta se encuentra en el acervo de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales en el Archivo General de la Nación. La misiva es reveladora por los silencios y por lo que no cuenta o en lo que no se explaya el propio general Cárdenas. Cuauhtémoc le narra a su madre:
Como se puede observar, Cárdenas, padre e hijo, comprendían que del problema agrario se desprendían otros numerosos ultrajes. Al hacer el recuento de la tragedia y de los agravios, el general Cárdenas se preguntó y se contestó a sí mismo lo siguiente:
Y aceptaba que: “el malestar en la zona de Madera es mayor. Se han registrado actos violentos que nacieron de la lucha por la tierra”. Además, por las pesquisas realizadas, Cárdenas tenía información de que: “Después del asalto al cuartel de C. Madera el 23 de septiembre de 1965, no se han visto en la sierra ni en las planicies ‘Guerrillas’”. Por otro lado, llama la atención que el general Cárdenas sólo anotara una breve referencia a los alzados de Madera. Su actuación como puente generacional tuvo sus límites al no manifestar interés directo sobre quienes integraban el foco guerrillero y cuál era su proyecto de revolución socialista. Escuetamente consignó en sus Apuntes del día 30 de junio:
El contenido de las líneas redactadas en sus Apuntes es escueto y hasta cierto punto decepcionante por el carácter relevante que el propio Cárdenas le había dado a la trama de Madera. Leemos:
Comentarios finales. La problemática de Madera aquí planteada comprende varias aristas. Tiene tras de sí la relación entablada por Cárdenas con Díaz Ordaz, que se situó en un plano institucional, y si cabe hasta de reconocimiento moral y político de parte del presidente hacia Cárdenas, dándole un trato preferencial. Es posible que también Díaz Ordaz quisiese sondear al michoacano en el marco de su comienzo sexenal y utilizar su imagen pública para aparentar querer resolver los agravios de fondo. Recuérdese que todavía México no desembocaba en la tragedia de 1968. En abril de 1966 tenemos a un Díaz Ordaz atento y obsequioso a los deseos del general Cárdenas “en colaborar” en el estudio del problema rural de Madera. Ello, a diferencia de la relación de Cárdenas con Adolfo López Mateos, deteriorada al paso de su sexenio por el caso de los ferrocarrileros presos, y por la insolente repulsión anticomunista de López Mateos hacia el activismo de Lázaro Cárdenas al frente del Movimiento de Liberación Nacional.
Por su parte, el general Cárdenas midió cada paso institucional que daría en el marco de esta “colaboración” ofrecida a Díaz Ordaz. La presencia de Cárdenas en Madera tuvo mucho de preocupación personal centrada en el problema agrario, pero también de estrategia y visibilidad política con miras a la concreción de su proyecto estratégico siderúrgico. Puede entenderse, asimismo, que Cárdenas utilizó su propia presencia en Chihuahua como un factor sorpresa para los distintos actores involucrados, sobre todo seguramente resultó incómodo y molesto para el gobernador Práxedes Giner Durán y sus agentes, quienes formaron parte destacada de la red de victimarios de los atacantes del Cuartel Madera. No descarto tampoco la genialidad del general michoacano para traducir su agencia y su carga moral y política a manera de cuña que de tanto en tanto penetraba de manera perturbadora en los entresijos del sistema autoritario. Recordemos el dicho: “para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo”… o, en este caso, más precisamente de la misma madera. A 50 años del Asalto al Cuartel Madera, podríamos decir que el general Cárdenas encontró claves relevantes para adentrarse en el laberinto del Cuartel Madera. Pero quienes sacrificaron su vida por el ideal revolucionario, hasta el día de hoy esperan la dignificación de su memoria con un grito desesperado: “¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!”. *Las citas de Lázaro Cárdenas, fueron tomadas de Obras. I-Apuntes 1957-1966, México, Dirección General de Publicaciones de la UNAM, 1973, Nueva Biblioteca Mexicana, 33, tomo III, pp. 537, 538, 561, 562, 563, 566, 567, 569, 571, 573, 574, 575 y 577. Cursivas de la autora.
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