Londres.

El diputado izquierdista Jeremy Corbyn fue electo este sábado con un 60 por ciento de los votos como nuevo líder del opositor Partido Laborista.

Su primer acto oficial fue asistir a la marcha en apoyo a los migrantes, en la que participaron alrededor de 100 mil personas este sábado en Londres, donde pidió mayor apoyo a los refugiados y recordó que Gran Bretaña tiene una obligación legal y moral de ayudar a gente desesperada en situaciones desesperadas.

En sus primeras palabras, el representante del barrio londinense de Islington North, declaró que la campaña demostró que el partido es apasionado, democrático, diverso, unido y absolutamente determinado a buscar una sociedad más decente y mejor.

Cuando se anunciaron los resultados, el nuevo líder del Partido Laborista fue ovacionado y abrazado, incluso por algunos de sus rivales.

Sus simpatizantes corearon Jez we did, un juego de palabras con el nombre de pila de Corbyn y el sonido de la frase Sí lo hicimos.

Su rival más cercano, Andy Burnham, obtuvo apenas 19 por ciento de los votos. Corbyn, de 66 años y definido como un político antiausteridad, arrasó con 251 mil de los 422 mil 664 votos emitidos.

Al arribar a su conferencia, sus seguidores lo rodearon y entonaron el himno socialista Bandera Roja.

Durante su discurso, el líder con fama de rebelde prometió un país más solidario, poner fin a los niveles grotescos de desigualdad y señaló que la pobreza no es inevitable.

Queremos una sociedad en la que no se ignore a la gente que ha quedado al margen, expresó Corbyn, quien defiende la gratuidad de las universidades, los servicios públicos, el fin de la austeridad, mayores esfuerzos para la redistribución de la riqueza y fue uno de los laboristas que más se opuso a la invasión de Irak.

No fue a la universidad, pero tras la secundaria pasó dos años en Jamaica como profesor de una organización caritativa y despertó a la política con la guerra de Vietnam y el pacifismo, explicó el diario británico The Guardian.

Los conservadores han utilizado la crisis económica de 2008 para imponer una carga terrible a la gente más pobre de este país. No es justo, no es necesario y tiene que cambiar, expresó el nuevo líder laborista.

Corbyn quiere aumentar los impuestos a los ricos, nacionalizar la industria, aumentar las inversiones en infraestructura y redistribuir la riqueza, por lo que sus críticos lo acusan de ser partidario del viejo laborismo de los años 80.

También se opone a que Gran Bretaña continúe en la OTAN, a los ataque aéreos contra el movimiento Estado Islámico en Siria, y es ambiguo respecto a la pertenencia de su país a la Unión Europea.

Los conservadores británicos tildaron la victoria de Corbyn –partidario de eliminar las armas nucleares o de considerar a los movimiento islamistas Hamas y Hezbolá interlocutores en las negociaciones de paz en Oriente Medio– de amenaza, ya que debilitará la defensas del país y subirá los impuestos”, advirtió el Secretario de Defensa británico, Michael Fallon.

Tras el nombramiento de Corbyn, una de las primeras felicitaciones llegó de España, del líder de Podemos, Pablo Iglesias, quien estimó que la victoria es una gran noticia, un paso hacia un cambio en Europa para beneficio del pueblo mientras que para el partido griego en el poder, Syriza, esta victoria histórica podría servir para reforzar “el frente europeo contra la austeridad.