Cinco casos de mujeres migrantes guatemaltecas se narran con sutileza en el documental Pasos ciegos... tan sólo cinco, pero su potencial posibilita visibilizar las historias de las miles de mujeres centroamericanas que cruzan la frontera entre Guatemala y México, padeciendo un sinfín de agresiones por su único afán de lograr un futuro mejor para ellas y sus familias.

La película se proyectó el viernes pasado en el Instituto Goethe de la colonia Roma, ante una amplia concurrencia interesada en saber sobre los migrantes guatemaltecos, que enfrentan violencia tanto o más que los que intentan llegar a Europa, pero que no están en los medios de comunicación. Una idea manifiesta es que la declaración oficial sobre dar asilo a sirios está bien, a secas, pero no debe olvidarse que México tiene dramas en ambas fronteras, situaciones sin resolver y un impostergable imperativo de defender los derechos humanos.

En entrevista, María Inés Roqué, de origen argentino y radicada en México, y Ana Isabel Guadarrama, de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, directoras del documental, detallaron su experiencia. Roqué informó que Ambulante seguirá exhibiendo su trabajo en otras salas, varias de ellas de universidades. Hay que revisar los datos de Ambulante en Internet.

Puntos de cruce

Guadarrama señaló el poco tiempo para realizar el trabajo como un factor determinante. Tuvimos poco margen para producir y estar en las locaciones. Eran sitios muy retirados, sobre todo en Guatemala. Fuimos armando el guión con base en lo que Formación y Capacitación AC (Foca) nos había dado como diagnóstico. Antes habíamos grabado unos testimonios. Es imposible contabilizar cuántos pasos ciegos (puntos de cruce) hay. No se puede saber a ciencia cierta cómo se llaman. Nosotras recorrimos tres, pero no tienen nombre.

Roqué: Se habla de que son cientos; o sea, cualquier camino puede ser un paso ciego.

Ambas afirmaron que no tuvieron miedo al hacer la película, porque estuvieron bajo el cuidado de personal de las organizaciones que trabajan en lo local. Roqué comentó que sí estuvieron cerca de situaciones tensas, como cuando algunas migrantes se despidieron de sus familiares y nosotras no podíamos filmar directamente. Tuvimos que recurrir a la cámara escondida. Fue en la comunidad que se llama Gracias a Dios.

Guadarrama: En la televisión mexicana se ve el tema de la migración como un problema, cuando en realidad van a buscar trabajo y los migrantes son gente útil. Van buscando oportunidades, tan sólo buscando un trabajo mejor. Lo que pasa es que la televisión mexicana no hace trabajo de investigación, de campo; tan sólo ven por afuerita y algunas veces minimizan y en otras exageran.

Para Roqué lo que se ve en el documental es a mujeres que enfrentan una serie muy grande de problemas. Lo más difícil es que estás filmando cosas que son importantes y que tienes que dejar afuera. Siento mucha responsabilidad respecto de lo que viven esas mujeres. No todas tienen las mismas oportunidades. Creo que lo fundamental es respetar los derechos de quienes tienes al lado. Todo lo demás vendrá solo. Lo que hicimos con el documental es dar la mirada del vecino.

Los asistentes conocieron uno de los corredores migratorios más transitados de Latinoamérica, el de Huehuetenango-Comitán.