Por falta de lluvias, en 25 de los 43 municipios tamaulipecos se cumplió sólo en 50 por ciento el programa de siembras correspondientes al ciclo agrícola primavera-verano 2015, y los cultivos están en riesgo de perderse.

Arnulfo López Olivares, director del programa agrícola de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), informó que este año se programó sembrar en Tamaulipas 428 mil hectáreas de maíz, sorgo y soya, pero solamente este último cultivo se logró en el sur de la entidad, y las expectativas son malas, por efectos del cambio climático.

Explicó que los ciclos de lluvia no fueron como en años anteriores, lo que se suma a los problemas de los agricultores, que invirtieron en diésel y equipos agrícolas. Dijo que la situación es complicada para los campesinos, pues después del 10 de septiembre, fecha que la Sagarpa autorizó para ampliar la fecha de siembra y cumplir con el programa agrícola, los cultivos de sorgo no arrojan los rendimientos que los agricultores esperan.

Venden reses en Durango

Mientras, Ernesto Ríos Laurenzana, presidente municipal de El Oro, Durango, demarcación de vocación ganadera, dijo que hace dos meses no llueve en la región, por lo que pequeños productores ganaderos comenzaron a vender reses a bajo costo, antes de que sus animales adelgacen, lo que redujo el precio del ganado en pie de 60 a cuarenta pesos el kilo.

Armando Rodríguez Belmonte, presidente municipal de Tlahualilo, coincidió con Ernesto Ríos, y consideró que se generó sicosis entre los ganaderos, quienes temen que, como hace cuatro años, la sequía reduzca el hato ganadero duranguense a 50 por ciento.

En respuesta, Francisco Gamboa Barrón, secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Durango, aseguró que no hay temor en los productores, pues tenemos cuando mucho dos meses sin lluvias en el peor de los casos, pero no hay de qué alarmarse, no hay contingencia.

Sostuvo: Hay quienes quieren asustar a los productores para que hagan ventas de pánico a precio bajo; luego los que compran barato pueden exportar los animales a un precio más alto, aprovechándose del productor social.