La madrugada del sábado fue demolido el interior de la que fue casa del yerno de Porfirio Díaz, Ignacio de la Torre, y de la ex princesa de Mónaco, Susana de la Torre y Mier. Un hito arquitectónico de la calle Florencia en la época del porfiriato, señaló José Alfonso Suárez del Real, diputado local electo por el partido Morena.

Con una licencia de construcción de un tapial y con una dirección diferente de donde se realizan las obras, se destruyó el porche, una escalera de dos aguas, el vestíbulo principal y el despacho, dejando sólo unas habitaciones y la fachada, es decir: el cascarón, detalló.

El uso de documentos presuntamente apócrifos permitió que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo autorizara, al no estar catalogado el inmueble número 14 de la calle Florencia, en la colonia Gramada, cuando la casona se encuentra en el número 11 de la misma calle, en la Zona Rosa.

Suárez del Real, entrevistado sobre el asunto, señaló que este lunes interpondrá una denuncia de hechos por el delito de daño patrimonial cultural contra quien resulte responsable.

Dicha devastación nos hace pensar que se construirá un nuevo complejo habitacional con comercios y servicios, al demolerse la Plaza Florencia, construida en los 70 sobre dos predios, para fusionarla con el correspondiente de la casona, consideró.

Se trataba, explicó, del último vestigio de una época de esplendor, habitado por Ignacio de la Torre, yerno de Porfirio Díaz, con quien marchó al exilio dorado a Francia junto con su esposa Amada y donde se alojó Susana de la Torre y Mier, condesa de Polignac y princesa de Mónaco.

Para los habitantes de la colonia Juárez la presencia de la bisabuela del príncipe Alberto II de Mónaco hizo que fuera una construcción emblemática, porque era de la familia real de Mónaco, convirtiéndose en leyenda urbana.

La licencia otorgada el 30 de enero de 2013 con el número 4/06/005/2013, la cual fue renovada el año pasado y éste, permitió la destrucción, cuando en el primer tramo de la calle de Florencia, entre la lateral de Paseo de la Reforma y la calle Hamburgo, prácticamente ya no hay nada rescatable, afirmó.

Su permanencia e incorporación a un nuevo desarrollo, dijo, era factible, como en Reforma 222, donde se integró la fachada de un restaurante; o en la Torre Reforma, donde se movió hacia atrás 30 metros una casa completa, en la que estuvo el restaurante El Divino.

Me indigna esta destrucción, por lo cual presentaremos esta denuncia e invocaremos a la gente del INAH a efecto de que pueda informar al Ministerio Público a que haya lugar y a la gente de la delegación también, porque se autorizó y no se corroboró físicamente esta solicitud, argumentó.

Además se exigirá a dichas instancias aplicar las medidas precautorias para proteger las casas con los números 45, 43 y 41 de la calle Florencia, pues el que tengan uso comercial no justifica que hagan de ellas lo que les dé la gana, como sucede con el último inmueble, señaló.

Mencionó que la casa, diseñada en Bruselas, Bélgica, por el arquitecto Víctor Horta, el más importante exponente del art nouveau, fue pintada de amarillo nápoles, como si se tratara de una hacienda mexicana del siglo XVIII, sobre el blanco ostión que tenía, que no corresponde a la construcción.