Esa cifra equivale al gasto actual de las secretarías de Educación Pública y de Salud
El gobierno tendrá que hacer más recortes, considera centro de estudios del ITAM
Domingo 6 de septiembre de 2015, p. 23
Las finanzas públicas afrontarán un déficit hasta de 450 mil millones de pesos para el próximo año, monto equivalente al presupuesto actual de las secretarías de Educación Pública y de Salud, por la caída de ingresos derivada de la reducción en los precios y la plataforma de producción petrolera, por lo que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) deberá hacer un manejo responsable de las finanzas, porque además tendrá poco margen ante la promesa de no aumentar impuestos y deuda pública, consideró la Fundación de Estudios Financieros (Fundef) del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Con datos preliminares, Jorge Sánchez Tello, economista de la Fundef, dijo que hasta que se conozcan las cifras del proyecto de presupuesto para 2016, que presentará el Ejecutivo el próximo martes 8 de septiembre, se puede inferir que el déficit fiscal oscilará entre 300 mil y 450 mil millones de pesos, por lo que el gobierno tendrá que hacer un recorte en su gasto. Advirtió que este recorte impactará en el crecimiento económico del próximo año y de 2017.
En este año el Presupuesto de Egresos de la Federación asignó a la Secretaría de Educación Pública recursos por 305 mil 57 millones de pesos y para la Secretaría de Salud 134 mil 847 millones de pesos.
El martes se conocerá el paquete económico
En la próxima semana el Ejecutivo federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda, enviará al Congreso el llamado Paquete Económico 2016, que incluye las iniciativas de Ingresos y Gastos del Sector Público, así como el documento de Criterios Generales de Política Económica. El Ejecutivo ha dicho que no propondrá al Congreso nuevos impuestos ni incrementos en las tasas de los actuales.
También se mencionó que la caída esperada de los ingresos, particularmente de los petroleros, no se traduciría en mayor endeudamiento público, es decir, se mantendrá un déficit fiscal moderado. En cambio se ratificó que el gasto público habrá de ajustarse a la realidad del presupuesto.
Al respecto, Sánchez Tello señaló que estos factores incidirán en un menor avance económico. Si este año crecemos entre 2 y 2.3 por ciento va a ser mucho. El siguiente año igualmente vamos a tener apenas 2 por ciento de aumento del producto interno bruto (PIB)
.
El analista de la Fundef mencionó que el gran amortiguador de las finanzas públicas es la reforma fiscal, que se aplicó a partir del inicio de la actual administración y que justamente ha creado mucha polémica, porque ahora el gobierno está cobrando más impuestos. Creo que el malestar de la gente viene justamente por eso, porque nos están cobrando más impuestos, pero no se ha visto ni una reactivación de la economía, ni tampoco en un mayor bienestar de la población mexicana, porque se generaron más de 2 millones de pobres
, refirió. Entonces, dijo, la receta que tiene que aplicar la SHCP es un recorte bastante fuerte en las finanzas públicas.
Sobre el actual nivel de endeudamiento –que desde el cierre de 2012, cuando se inició la actual administración– y junio de 2015 se elevó en 35 por ciento, equivalente a 2 billones 87 mil 843 millones de pesos más para llegar a un saldo de los requerimientos financieros del sector público de 7 billones 978 mil millones de pesos, que equivale a 44.9 por ciento del producto interno bruto (PIB) es relativamente bajo si se compara con Europa o Estados Unidos, pero el punto nodal es que los ingresos del país han ido disminuido.
El gran riesgo es que si los ingresos caen y nos seguimos endeudando vamos a terminar fácilmente el sexenio con una proporción de 50 por ciento del PIB como deuda, pero de poco a poco, cuando menos nos demos cuenta, vamos a estar rasando a 70 por ciento del PIB como proporción de deuda. Aquí el mensaje muy claro y en México ya lo aprendimos por la mala, es que no hay que endeudarnos
, alertó.
Jorge Sánchez Tello explicó: “La deuda como tal no es mala. Pero si tomáramos deuda para infraestructura, para mejorar escuelas, mejorar la calidad educativa de este país tendríamos mucha razón de ser. Pero desafortunadamente mucha de esa deuda que se ha venido contratando es para cubrir gasto corriente y como se sabe el gasto corriente en México se va a sueldo de la burocracia, de aviadores y ni qué hablar de cómo se encuentran las finanzas de los estados, donde se canaliza mucho dinero y no se sabe en qué se gasta y ese es un gran riesgo para las finanzas públicas de las siguientes administraciones”.
Ahora, la gran responsabilidad de esta administración gubernamental es no dejar una deuda inmanejable para la siguiente gestión, como en el pasado, que fue la raíz de muchas de las crisis económicas de nuestro país, finalizó.