Cuando la pareja de artistas Diego Rivera y Frida Kahlo volvió de sus estancias en Estados Unidos, entre la década de los años 30 y principios de los 40 del siglo pasado, no sólo llegaron con sus maletas cargadas de pinceles, sino con la inspiración para crear obras alrededor de la cultura popular estadunidense.

La exposición Diego Pop, Frida Pop explora de manera lúdica e interactiva su trabajo, y aborda la forma en que influenciaron al movimiento pop art, en el que destacaron artistas como Andy Warhol o Roy Lichtenstein en Estados Unidos.

En la muestra se explica cómo surgió el viaje de los pintores a ese país. En palabras de Diego Rivera: Cuando solicité mi visa para Estados Unidos pasé muy considerables dificultades por causa de mi filiación política. Sin embargo, y debido a los infatigables esfuerzos de Albert Bender, prominente patrono de las artes y coleccionista de San Francisco, finalmente obtuve la visa; en noviembre de 1930 Frida y yo nos embarcamos a Estados Unidos.

Así empezó la aventura de los artistas mexicanos y su influencia en la cultura estadunidense, que aborda la exhibición en la galería Miguel Hidalgo en la Torre del Reloj (Parque Lincoln, en Polanco), desde el pasado 13 de agosto y la cual concluye hoy.

Diego López Rivera, nieto del muralista guanajuatense, es el coordinador de la exposición que ha sido visitada por más de 14 mil 300 personas, quienes consideran a Diego y Frida grandes exponentes del arte. Una fotografía de tamaño natural de Frida y Diego recibe a los visitantes en esta muestra, integrada por escenografía, arte gráfico, fotografías, libros, maquetas y sonido para conocer el origen de sus obras, sus vivencias durante los dos viajes que realizaron, el primero entre noviembre de 1930 y diciembre de 1933, cuando estuvieron en las ciudades de San Francisco, Detroit y Nueva York.

Su segunda visita fue en 1940, cuando Diego Rivera fue invitado a San Francisco para pintar el mural de la Unidad Panamericana.

La idea de la muestra surgió de Juan Coronel Rivera, también nieto del muralista, quien propone que Kahlo y Rivera son precursores del pop art, pues retomaron elementos icónicos de la sociedad estadunidense, que décadas más tarde fueron asmilados por el discurso plástico del movimiento artístico que emergió en la década de los 50 en el Reino Unido y Estados Unidos.

Un ejemplo de la lectura que hace Rivera de la cultura popular de Estados Unidos es el mural La alegoría de California, cuya figura central es la tenista Helen Will Mooddy. Otro de los personajes notables del fresco es el horticultor estadunidense más importante de la época, Luther Burbank (1849-1926). Kahlo también lo usa de modelo en una de sus piezas mejor logradas: Retrato de Luther Burbank. Para ambos artistas, el botanista representa el genio de la ciencia moderna.

Interesante, excelente, genial

En la exhibición sobresale una reproducción de Autoretrato en la frontera entre México y Estados Unidos, de Frida Kahlo, en el que la pintora aparece elegante y candorosamente vestida en los linderos de dos mundos aparentemente en armonía.

En esta pieza se identifica como Carmen Rivera; la obra original pertenece a la colección privada de la Fundación Diego Rivera.

La pieza principal de Diego Pop, Frida Pop es la copia en miniatura de la sala Rivera, del Instituto de Artes de Detroit, donde se encuentra el mural La industria de Detroit, que se pintó en 1932.

Fue Edsel Ford, hijo del empresario automotriz Henry Ford, quien invitó a Rivera a representar la grandeza industrial de la ciudad.

Al final de la visita por la exposición, que podría presentarse fuera de la ciudad de México, los visitantes la consideran interesante, excelente, genial, increíble, magnifica y hermosa.