El galardonado actor Al Pacino irrumpió ayer en el Auditorio Nacional aparentemente ebrio y saltando de un tema a otro de manera incoherente, lo que dejó desconcertados, por lo menos durante 20 minutos, tanto al periodista Larry King, seleccionado para entrevistarlo, y quien trataba de ponerlo en orden con sus preguntas, como a miles de jóvenes becarios de las fundaciones Telmex y Carlos Slim que fueron invitados a verlo.

Al Pacino compartió muchas anécdotas de su vida, que fueron desde cómo se inició en la actuación hasta confesar que cometió el error de no aceptar el papel protagónico de la Guerra de las Galaxias, porque no entendió el guión.

“Harrison Ford me debe su carrera; es broma. Si rechacé Star Wars fue porque no entendí el guión, así de fácil. Fui con mi amigo Charlie y el leyó el guión pero tampoco lo entendió. Yo decía: ‘¿Van a hacer una película de este guión?’ Y no lo acepté. Sí, fue un error. No lo lamento, no tengo nada que lamentar, nunca lo hago, cometí errores, pero no lamento nada”, comentó entre risas y descartó que las nuevas tecnologías afecten a los actores como él.

Pobre y sin estudios, dijo que se acercó a la actuación porque su madre lo llevaba al cine y también porque era tímido y no sabía hablar ante la gente, pero con los guiones tenía las palabras para hacerlo y ya luego formaban parte de él. La actuación, remarcó, le salvó la vida, porque todos sus amigos cercanos de la infancia y juventud murieron por drogas.

El actor destacó que los directores son los que hacen las películas y les ponen su sello, pero cuando se le pidió su opinión sobre los cineastas mexicanos, aunque dijo que eran maravillosos, no pudo recordar el nombre de uno que, dijo, yo lo conocí.

Veinte minutos de desvaríos

Quizás uno de los oradores más esperados de la edición 2015 del foro México Siglo XXI, tanto como el empresario Carlos Slim Helú, pero mucho más ovacionado que Larry King, la tesorera estadunidense Rosie Ríos, el atleta Michael Phelps o el ex alcalde neoyorkino Rudolph Giuliani, Al Pacino contaba con una hora y 10 minutos para compartir con los jóvenes mexicanos sus experiencias y éxitos.

Sin embargo, a los 20 minutos de actuar, responder de manera caótica o con otros temas que no tenían nada que ver con las preguntas de King, el protagonista de Caracortada se paró de repente en el escenario y mirando de frente al público ofreció sus disculpas por presentarse así, como borracho. Al periodista estadunidense sólo le quedó permanecer sentado, mirarlo desde el fondo del escenario y poner la mano sobre los cabellos.

Ustedes deben ya estar cansados, pero creo que ya es momento para acabar con esto y pedir una disculpa por las locuras que he hecho. Yo sé que han de creer que soy un borracho, que estoy haciendo esto por molestarlos, pero me gusta hacerlo y me disculpo por eso. Esa es la verdad, así de sencillo. Tenía que hacerlo, porque ni siquiera quería llegar al viaje, tuve que correr, declaró el actor ante la sorpresa de los asistentes.

Una vez que impactó al público, volvió a desconcertarlo. Pacino confesó riendo que estaba actuando, retomando el papel de un borracho de la obra The Iceman Cometh, del escritor estadunidense Eugene O’Neill, con lo que quiso demostrar a los becarios, a los que en todo el foro se les habló de su preparación para el futuro, que deben eliminar la culpa que sienten y que hace que se escondan detrás de los sueños del mañana, porque no hay mañana.

Despojado del personaje, la entrevista con King transcurrió con más calma, aunque el actor no dejó de levantarse intempestivamente de su asiento en varios momentos, sobre todo para exaltar la pasión que tiene por la actuación y para recomendar a los jóvenes que descubran la vida y mantengan los instintos abiertos. Confíen en ustedes mismos y encuentren lo que los vuelve locos, quizá no lo logren de inmediato, pero sigan buscando, sentenció.