A 30 años del terremoto que devastó parte de la capital mexicana, el sábado 19 de septiembre se realizará un simulacro nacional sísmico. El ejercicio –ante la hipótesis de un temblor de gran magnitud– servirá para evaluar la estrategia en la materia.

Por su ubicación, México es propenso a los desastres; entre las calamidades a las que mayormente está expuesto el territorio nacional resaltan los sismos. La mayoría de los movimientos telúricos superiores a 7 grados tienen epicentros en la costa del Pacífico, desde la frontera con Estados Unidos hasta el sur.

En la capital se suma el factor del subsuelo y la gran densidad poblacional, lo cual coloca a la ciudad de México en situación de alto riesgo, advierte la Secretaría Gobernación. Sólo en la década reciente, el país ha gastado más de 412 mil millones de pesos para la atención de desastres (La Jornada, 17/8/15).

Para hacer una evaluación de las políticas públicas en la materia, como tema de la agenda de seguridad nacional, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, encabezó ayer una reunión de trabajo en la que participaron funcionarios federales y de la ciudad de México.

Comentó que el gobierno federal ha hecho de la protección civil una política de Estado, con un enfoque preventivo y respuestas ágiles.

Al término del encuentro, Ricardo de la Cruz Musalem, director general de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, dijo que el objetivo del próximo simulacro es poner a prueba los esquemas actuales y delinear las acciones futuras. A las 11:30 de la mañana se activará la alerta sísmica en todo el país; participarán 80 mil servidores públicos, incluido el respaldo de 3 mil 500 vehículos de equipo aéreo, terrestre y marítimo.

En la capital se activarán altavoces de las cámaras de seguridad ubicadas en 6 mil 400 postes y enseguida vendrá el disparo de la alerta sísmica.

Se trata de ver qué se ha hecho bien y qué se tiene qué modificar hacia adelante. Creo que se ha avanzado mucho en los últimos 30 años, pero en materia de Protección Civil la política pública siempre tiene que estar en constante evolución, señaló.

Las autoridades promueven la construcción de una red sísmica mexicana, para lo cual se creó un fideicomiso hace 15 años; el objetivo es avanzar hacia un sistema eficaz de alertamiento, aun cuando no es posible pronosticar el lugar o el momento en que ocurrirán los terremotos, de acuerdo con los especialistas.

Lo único que se puede hacer es modernizar las redes de monitoreo en tiempo real y llevar la información a una base nacional de datos sobre sismos.

La protección civil, subrayó De la Cruz, es ya un tema de seguridad nacional, y ese es uno de los grandes avances.

México cuenta con algunas alertas, como la sísmica, la cual tiene reconocimiento a escala mundial, y el centro de registro de tsunamis, esta última a cargo de la Secretaría de Marina; el de los volcanes (Colima y Popocatépetl), mediante el Centro Nacional de Prevención de Desastres.

El monitoreo de los fenómenos meteorológicos está a cargo de la Comisión Nacional del Agua, porque 80 por ciento de los daños de origen natural están relacionados con ese elemento.

En la reunión de este jueves se evaluó la agenda de septiembre, en conmemoración del terremoto del 19 de septiembre de 1985. El eslabón más importante de estas políticas es la difusión de la información y la participación ciudadana, dijo.