Al recibir la presea Sor Juana Inés de la Cruz, José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que durante ocho años tuvo la encomienda de representar a una maravillosa comunidad y defender los principios que caracterizan a los universitarios en ésa y en todas las instituciones de educación superior.

Aunque su periodo está finalizando, se dio tiempo para expresar su convicción de que, en medio de los problemas que afronta el país, el gobierno de la República y la Cámara de Diputados estarán a la altura de fortalecer la inversión presupuestaria en materia de educación, lo que es fundamental para la vida del país y para muchos jóvenes.

Narro Robles dijo durante su discurso, en el patio central de la Universidad del Claustro de Sor Juana, que no sabe lo que le depara el destino, pero se comprometió a seguir empeñado en la lucha en favor de la educación y en trabajar para disminuir las desigualdades que aquejan al país. En especial refirió las que afectan a pueblos originarios, mujeres y jóvenes.

En entrevista posterior, y a propósito del proceso de sucesión en la UNAM, se mostró seguro de que los integrantes de la Junta de Gobierno tienen toda la categoría universitaria y toda la autoridad moral para dar a la UNAM la certeza de que eso será conducido de la mejor manera.

Subrayó que el proceso de nombrar al rector de la máxima casa de estudios siempre ha sido transparente.

Ante la comunidad académica y universitaria del Claustro de Sor Juana, Narro Robles sostuvo que el reconocimiento que se le otorgó es a un compromiso por tratar de saldar deudas de siempre con los que menos tienen, con los que viven en la injusticia o para tratar de resolver problemas que también han acompañado a nuestro país a lo largo de su historia: la pobreza, la desigualdad, la injusticia, la ignorancia o la muerte prematura.

La rectora de la universidad, Carmen Beatriz López-Portillo Romano, retomó en su oportunidad la tesis sobre educación del rector de la UNAM, y coincidió con él en que “vale la pena defenderla como la instancia más poderosa… para enfrentar la barbarie que atenta contra la humanidad”.

Frente al éxito quimérico del egoísmo, la corrupción o la indiferencia, el mejor antídoto son los valores laicos, cívicos, no aquellos que se reducen a la acumulación de riqueza material, ha repetido el rector una y otra vez, como una y otra vez ha dicho que la visión mercantilista no debe someter la actividad educativa a los criterios del mercado, indicó.

Al término de la ceremonia, se le preguntó a Narro qué espera del Informe de gobierno presidencial. Me gustaría escuchar qué hacemos con los mexicanos que han estado excluidos por generaciones, además de cómo vamos, qué nos pasa, qué nos duele, qué se ve hacia adelante.