Estocolmo.

“Si tuviese que describir a mi madre en una palabra –dice la actriz Isabella Rossellini en una nueva película sobre Ingrid Bergman– diría: carisma.”

Esa era el arma con la que la protagonista de Casablanca lograba meterse a todos en el bolsillo. Su actuación junto a Humphrey Bogart en el clásico de 1942 marcó el comienzo de una carrera rutilante que la llevó a ganar tres premios Óscar y a tener otros tantos fracasos matrimoniales. El 29 de agosto se cumplen 100 años del nacimiento de la gran leyenda sueca del cine.

Con motivo del centenario, el pasado festival de cine de Cannes rindió homenaje a la actriz, con el estreno mundial del documental Jag är Ingrid (Yo soy Ingrid). A lo largo de más de dos horas, el realizador sueco Stig Björkman traza una semblanza de este enigmático icono cinematográfico basándose en cartas, diarios íntimos y filmaciones privadas. La idea fue de su hija, Isabella Rossellini.

¿Hacemos una película sobre mamá?, le preguntó a Björkman en 2011, cuando ambos coincidieron por casualidad en una cena.

Jag är Ingrid cuenta la historia de una mujer moderna e independiente, que desde el comienzo tenía algo bien claro: Nunca tuve la intención de quedarme en Suecia. Ya era famosa en su país cuando partió a Estados Unidos, donde se dio a conocer desde su primera película, Intermezzo (1939). El filme era un remake del drama sueco homónimo de 1936 en el que Bergman también había actuado.

Felicidad, inalcanzable en Hollywood

Pero Bergman tampoco encontró la felicidad en Hollywood. Aburrida, al igual que en su matrimonio con el sueco Petter Lindström, buscó una salida y la halló en el cineasta italiano Roberto Rossellini.

Me enamoré de un hombre que era totalmente distinto a todos los que había conocido, contaba la actriz sobre su vida privada, lo cual se plasmó en el nuevo documental.

Durante mucho tiempo, sus seguidores estadunidenses no le perdonaron que se quedara embarazada de Rossellini y dejara plantado no sólo a Lindström, sino también a su pequeña hija Pia. En ese momento fue una conmoción abandonar a un marido y una hija, reconoció Bergman, quien más tarde tuvo tres hijos con el realizador italiano: Roberto y las mellizas Isabella e Isotta Ingrid.

Con sus actuaciones en las películas de Rossellini, desde Stomboli a Juana de Arco y La paura, la actriz no logró emular sus anteriores éxitos. Sin embargo, no regresó a Hollywood hasta después de separarse del italiano. En 1957 ganó su segundo Oscar por Anastasia y en la ceremonia de entrega no pudo ocultar el enorme alivio que sentía: Estoy feliz, feliz, feliz.

La carrera de Bergman volvió a despegar y unos cuantos años después se alzó de nuevo con la codiciada estatuilla por su papel de reparto en Asesinato en el Orient Express (1974).

Su última actuación destacada en la gran pantalla fue en Sonata de otoño, dirigida por su famoso compatriota Ingmar Bergman. Cuatro años más tarde, el día de su 67 cumpleaños, la actriz falleció debido a cáncer de mama, después de creer que había vencido a la enfermedad.

Curiosidades sobre esta leyenda sueca

1. Su madre era oriunda de Hamburgo, Alemania. Su padre era sueco y tenía una tienda de fotografía. A los 13 años, Ingrid quedó huérfana de ambos.

2. Actuó en más de 50 películas, en cinco idiomas diferentes (sueco, inglés, alemán, francés e italiano) y logró ganar tres premios Óscar.

3. Tanto en Intermezzo (1939), su primera película estadounidense, como en Sonata de otoño (1978), su última aparición en la pantalla grande, interpretó a una pianista.

4. Bergman es una de las 13 actrices galardonadas con el Oscar, el Emmy y el Tony.

5. Se casó tres veces: desde 1937 hasta 1950 con el médico sueco Petter Lindström, entre 1950 y 1957 con el cineasta italiano Roberto Rossellini y de 1958 y 1975 con el productor sueco Lars Schmidt.

6. La actriz Isabella Rossellini es una de sus cuatro hijos.

7. Parte de las cenizas de la actriz, quien falleció en 1982 en el día de su cumpleaños 67, fueron esparcidas por la costa báltica de Suecia. El resto se encuentran en un cementerio de Estocolmo.