Como por destellos, la mente de Saúl Canelo Álvarez de pronto supone la posibilidad de una derrota. En los pocos momentos que tiene para ensimismarse, no sólo piensa en la gloria de convertirse otra vez en campeón del mundo; también pasa por su cabeza el riesgo de perder ante el puertorriqueño Miguel Cotto, el 21 de noviembre, cuando intenté arrebatarle el título mediano del Consejo Mundial de Boxeo.

Esto es pugilismo y puede pasar cualquier cosa, dijo el tapatío, pero sólo es una idea fugaz –admitió–, porque quiere que sus pensamientos sean de otro tipo. Entonces se concentra en imaginar que le levantan la mano. Esa es la mentalidad con la que se levanta cada mañana y lo ocupa en los entrenamientos.

Sí, pienso en las dos posibilidades, pero más en ganar, expuso el pelirrojo durante la promoción en México del combate que sostendrá ante el boricua en Las Vegas.

Canelo se muestra sereno. Habla de experiencia y de que ha llegado el momento –que tanto le exigieron los aficionados y sus adversarios– de enfrentar a los mejores, pero sobre todo se muestra consciente de que las expectativas de este combate crecieron tras la pelea entre Manny Pacquiao y Floyd Mayweather, que defraudó a muchos.

El entorno se aviva con el combate entre un mexicano contra un puertorriqueño, que a fuerza de insistir tiene algunos ecos de pleitos memorables: Salvador Sánchez-Wilfredo Gómez y Julio César Chávez-Macho Camacho.

Esta pelea me meterá a la historia, sin duda. Me llevará ahí por la rivalidad que existe entre México y Puerto Rico en el boxeo. Yo agregaré un capítulo más dijo el Canelo.

No muestra impaciencia para sacudirse el mal recuerdo que vivió con Mayweather en septiembre de 2013; insiste en que aquello fue parte de un aprendizaje.

Ahora soy más completo, más maduro. Pelea tras pelea he llegado hasta aquí. Para entrar a la historia del pugilismo hay que ganarle a estos boxeadores.

En la esquina del Álvarez y de Cotto no dejan de insistir en que será un combate que dejará satisfechos a todos. Que el boxeo curtido del puertorriqueño ante la potencia y juventud del tapatío serán la garantía. Incluso el entrenador del boricua, Freddy Roach, sostiene que a pesar de la calidad que reconoce en el retador, la experiencia de su peleador pesará al final y la idea de que gane por nocaut no le parece exagerada.

“Cotto es Cotto. Su nombre lo dice todo. Estoy seguro de que será una de las peleas clásicas. Cuando se hable de combates históricos se mencionará la de Cotto contra Canelo”, comentó el mánager José Reynoso.

El campeón mundial de los medianos, con la cabeza rapada y una mirada que parece triste apenas dice cualquier cosa por compromiso. Sólo indica que la del 21 de noviembre será una pelea más en su carrera.

Responde parco ante las especulaciones de que a sus 34 años algunos consideran que está al borde del retiro y que Canelo sería favorito: No tengo ningún problema con eso. Cuando subamos al cuadrilátero eso no importará.