Lunes 24 de agosto de 2015, p. 32
Puerto Vallarta, Jal.
Rómulo Luna Vásquez, ex instructor de la academia de la policía de esta ciudad, jamás olvidará el 28 de mayo de 2011, día en que fue aprehendido y torturado por agentes de la policía estatal.
Desde una ventana de su casa, Luna Vásquez grababa con su teléfono celular cómo un grupo de policías golpeaba a una persona en un terreno baldío del fraccionamiento Fluvial Vallarta, frente a su domicilio.
Llamó al número 066 y denunció que los agentes estaban golpeando a un civil. Al darse cuenta, los estatales irrumpieron en su domicilio y frente a sus dos hijos y esposa lo golpearon y después se lo llevaron.
Durante el traslado a la agencia del Ministerio Público le sembraron una pistola vieja que, dice un poco molesto, jamás la portaría. Soy instructor de armas, ¿cómo voy a traer una pistola vieja?
Narró que antes de llegar a las oficinas se detuvieron cerca de otro lote baldío y comenzaron a golpearlo, sobre todo en espalda y estómago. Un civil se dio cuenta y llamó a la policía municipal para denunciar la agresión.
Cuando llegaron los agentes municipales discutieron con los estatales, pero finalmente cedieron y dejaron que los segundos se lo llevaran.
Al mismo tiempo, sujetos encapuchados regresaron al domicilio del ex instructor y secuestraron a sus hijos.
Me obligaron a actuar en un video donde se me ve con el arma vieja. Me dijeron que si no lo hacía me fuera despidiendo de mi familia, y tuve que hacerlo
.
El también abogado penalista, hoy absuelto por la juez sexta de distrito, ahora enfoca sus energías contra los cinco policías agresores, a quienes ya denunció penalmente y les exige 400 mil pesos por reparación del daño.
Sereno y pausado, dice que la tortura le ocasionó daños en los riñones y pudo recuperarse a pesar de haber necesitado tratamiento de diálisis.
Después de la golpiza que recibí, de tener a mi familia privada de la libertad, cedí. Tuve que hacerlo por temor a que le hicieran algo. Luego me presentaron ante los medios señalándome como un criminal. Les proyectaron el video y señalaron que yo portaba un arma de fuego
, lamenta.
Enfatiza que ante su familia, compañeros de trabajo, amigos y la sociedad “lo único que quiero es limpiar mi imagen. No se vale que una persona inocente sea difamada, después exculpada y no hayan alguien que repare el daño.
Todo esto sale en los medios y yo quiero que mis hijos estén orgullosos de mí, que no vean a su padre como fue exhibido en ese tiempo, cuando me presentaron torturado, golpeado, en completo estado de indefensión
, sostiene.
Antes de ser detenido, Luna Vásquez llevaba 15 años en la corporación, seis de instructor de armas en la academia de policía municipal, donde ya no lo recibieron a pesar de que se demostró su inocencia.