El gobierno federal busca romper las inercias al momento de presupuestar y ejercer el gasto público. Tenemos menos ingresos dado el entorno internacional de precios del petróleo. Eso nos da la oportunidad de hacer cosas que históricamente no se habían tocado y de cambiarlas, dice Fernando Galindo Favela, subsecretario de egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Su área es la responsable de elaborar una propuesta de presupuesto para 2016 de base cero. Ello significa, apunta, que se van a revisar los recursos que se asignan a todas y cada una de las dependencias públicas y a los programas gubernamentales.

La caída en el precio internacional del petróleo –un barril de crudo mexicano se vende hoy en la mitad que hace un año– y una menor producción redujeron los recursos de que dispone el gobierno. En el primer semestre de 2105 los ingresos totales representaron 18 por ciento del total de ingresos del sector público, cuando hasta 2014 esa proporción rondaba 33 por ciento.

Hoy tenemos una nueva realidad presupuestal, dice Galindo Favela en entrevista con La Jornada. A partir de ese hecho, añade, el gobierno federal decidió replantear, con base en una revisión total del gasto, la forma en que deberán gastarse los recursos públicos el próximo año. Es un ejercicio que se ha dado en llamar presupuesto base cero. La prioridad, sostuvo el funcionario, será dirigir los recursos hacia programas que impulsen mayor actividad económica y generación de empleo.

La decisión de que para 2016 el presupuesto se haga desde cero fue anunciada el 30 de enero pasado por Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda, justo en la conferencia de prensa en que dio a conocer un recorte del gasto público para 2015 del orden de 124 mil 300 millones de pesos, motivado por la disminución en los ingresos petroleros. El 31 de marzo la dependencia anunció que, para el próximo año, habrá un recorte adicional, calculado en 135 mil millones de pesos.

La reingeniería del gasto público, como caracteriza Galindo Favela el diseño del presupuesto base cero, que será entregado al Congreso a más tardar el 8 de septiembre, se enfocará en cuatro ejes:

Primero, una revisión de los programas del gobierno. Esto llevará a la fusión de algunos, la eliminación de otros o su traslado de un sector de la administración a otro. Un segundo eje consiste en la revisión de toda la estructura del gobierno para detectar duplicidades, omisiones y áreas que deben ser fortalecidas; no se trata, dice, de ajustar o cortar plazas por cortarlas, sino de buscar la eficiencia y la eficacia del gobierno.

Un tercer eje tiene que ver con ajustar los gastos de operación del gobierno, como viáticos, pago de teléfonos celulares y gastos de representación. El cuarto se basa en revisar el gasto que realiza el Estado en inversión. En este caso, abunda, estamos cambiando la lógica: queremos dejar de presupuestar de manera inercial. Históricamente se ha asignado una bolsa a cada dependencia. Ahora habrá una sola bolsa de inversión de federal y cada proyecto recibirá recursos en función de que sean más factibles y estén más avanzados en cuanto a contar con los derechos de vía, permisos ambientales y, sobre todo, tengan mayor rentabilidad social y económica.

–¿Proponer un presupuesto de base cero estaba en los planes del gobierno o fue una decisión motivada por la caída en los ingresos petroleros?

–Desde el comienzo de la administración estamos haciendo una revisión profunda de cómo ejercemos los recursos públicos. Hicimos reformas importantes. La Secretaría de Educación Pública tenía entre ocho y 10 programas presupuestales que daban becas. Los fusionamos en uno. Se cambió la estructura programática de la Secretaría de Agricultura, y se dio un enfoque distinto a Prospera. Sin embargo, dada la nueva coyuntura presupuestal se observa una oportunidad de romper otras inercias que no se habían podido romper. Es lo que estamos haciendo con este presupuesto. Tenemos menos ingresos dado el entorno internacional de los precios del petróleo y eso nos da la oportunidad de hacer cosas que históricamente no se habían tocado y de cambiarlas. Por eso se llevó a cabo este ejercicio.

Galindo Favela pone la centralización de la nómina educativa en el gobierno federal, vigente desde enero, como un ejemplo de los ahorros que se pueden lograr con una reingeniería presupuestal. Al centralizar la nómina de los maestros en la Federación –en lugar de que paguen las administraciones estatales–, se ha logrado un ahorro de entre 5 mil y 6 mil millones de pesos.

–¿Se va a revisar toda la estructura del gobierno, todas las dependencias?

–El presupuesto base cero significa una revisión de todas las dependencias. Está sobre la mesa la revisión de todos los programas presupuestales, de todas las estructuras del gobierno y de cómo ejercemos el gasto público.

–¿Cómo va a compensar el gobierno los ingresos que deje de recibir por petróleo?

–Teníamos tres opciones: incrementar los impuestos; más deuda, o un ajuste del gasto público. La decisión es que no haya ni mayores impuestos ni mayor deuda. La única vía es el ajuste en el gasto público; en ese proceso estamos.

–¿El plan presupuestal garantiza que haya condiciones para un mayor crecimiento del registrado en los tres últimos años?

–Estamos teniendo un crecimiento económico por arriba incluso de promedios de los últimos años. No crecemos a los ritmos que quisiéramos. Este presupuesto va en la lógica de alinear los recursos para cumplir con las metas nacionales, generar mayor desarrollo, crecimiento económico y bienestar de toda la población.

–¿En generacion de empleos?

–Debemos tener como prioridad aquellos programas presupuestarios que generan y fomentan el crecimiento económico, el desarrollo y por ende la creación de empleos. Ese es el equilibrio que estamos buscando en la integración del presupuesto. Tenemos prioridades que atender en el orden social, de atención a la salud, seguridad pública, desarrollo y crecimiento económico. Estamos mejorando los programas presupuestales para que puedan incidir de mejor manera en el desarrollo económico y social del país.

–¿Qué va a suceder con el presupuesto de las instituciones de seguridad pública?

–Sin duda tenemos que orientar recursos para la atención de la seguridad pública...

–¿En los estados?

–En el caso de los subsidios que entregamos a las entidades federativas, estamos haciendo una reingeniería de los programas, estamos fusionando el programa de Subsidios para la Seguridad de los Municipios con el programa de policía única. También estamos generando un solo programa de apoyo para estados y municipios modificando las reglas de operación, los lineamientos, para tener una mejor incidencia en esta materia y que los recursos se ejerzan de manera más eficaz y con mayor oportunidad.

–¿Hacer un presupuesto base cero significa disminuir el nivel de gasto público?

–No. En algunos casos hay que fortalecer los programas y crear otros nuevos. (Para el próximo año se) propondrá crear dos programas: el nacional de inglés, que hoy no existe, y un programa de convivencia escolar en las escuelas, el programa antibullyng. Presupuesto base cero no significa recortar por recortar, sino romper inercias para destinar los recursos a programas presupuestarios que permitan dar mejores resultados conforme los objetivos y metas del Plan Nacional de Desarrollo.

–¿Hacia dónde se canalizarán más recursos?

–A los programas sociales que permitan reducir las carencias que vive el país. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social tiene información muy valiosa de aquellos programas que inciden de mejor manera, como son la pensión universal, las escuelas de tiempo completo, los programas de infraestructura que mejoran la calidad de la vivienda.

–¿En qué consiste la participación del Banco Mundial en la elaboración de este presupuesto?

–El Banco Mundial hace una revisión del gasto público de manera periódica, que tocaba a finales del año pasado. Hace una revisión y recomendaciones. Las recomendaciones que salgan de ese estudio van a ser un insumo más, no el único, de esta reingeniería del gasto público. Es un un insumo que está haciendo revisiones en el gasto de salud, educación, en el de recursos que van a entidades federativas, el gasto de inversión. Está revisando ciertos renglones de gasto que hace el gobierno federal y va a emitir ciertas recomendaciones que, en su caso, se tomarán en cuenta para la reingeniería del gasto público. Es un insumo más que vamos a tomar en cuenta.