Los bebederos de agua potable no estarán listos en los planteles de educación básica para el próximo lunes 24 de agosto, cuando se inicia el ciclo escolar, pese a que en este año están disponibles mil 300 millones de pesos para esa finalidad y de la situación de emergencia que representan sobrepeso y obesidad que sufren 35 por ciento de los niños de 5 a 11 años.

Además, tener agua potable en las escuelas contribuiría a reducir 25 por ciento enfermedades por consumo de agua contaminada, señala información de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

La mayor disponibilidad de agua potable es fundamental para desalentar el consumo de refrescos y bebidas con azúcares añadidos, uno de los factores causantes del sobrepeso, afirman organizaciones civiles. Sin embargo, por una cadena de retrasos administrativos todavía no se inicia la instalación de bebederos como dispone el decreto presidencial vigente desde el 8 de mayo de 2014.

Los lineamientos sobre las características y condiciones que deben reunir esos equipos en las escuelas aún no se publican en el Diario Oficial de la Federación. El proyecto a cargo de las secretarías de Salud y de Educación Pública sigue en análisis en la Comisión Federal para la Mejora Regulatoria y de por sí se presentó con retraso, señaló Luis Manuel Encarnación, director de la fundación Mídete.

El dinero está disponible

Encarnación refirió que en la práctica no hay avances, aunque el dinero está disponible, se colocó en un fideicomiso para evitar conflictos fiscales, pero mientras no existan las reglas y características que deben reunir los equipos, tampoco se pueden adquirir ni instalar en los planteles.

En tanto, la médica experta en nutrición Gabriela Medina comentó que los niños bien hidratados tienen mejor rendimiento escolar, no tienen sueño en clases ni se enferman fácilmente. Resaltó que los bebederos en las escuelas favorecerán mejor peso de los niños.