Germán Castillo ofrece su visión de la tragedia de Eurípides en el teatro Santa Catarina
expone la belleza del horror sin consideraciones morales
La protagonista refleja a la mujer contemporánea: No creo que 150 años de feminismo hayan derribado 10 mil de cultura; siguen siendo igualitas
, afirma el director escénico
Lunes 17 de agosto de 2015, p. 7
Una creciente sed de odio y venganza, así como la pasión, el amor, los celos, la razón perturbada y la frustración de una mujer traicionada por su esposo, articulan la trama de Medea.
Esa pulsión es intensa al grado de llegar a sacrificar a sus hijos, hecho que sirve de instrumento de tortura y agonía para su traidor amante.
Ese es el acento que se pone en la versión libre de la obra Medea, de Eurípides, escrita por el director Germán Castillo, junto con el joven dramaturgo Mansell Boyd, que el jueves 13 se estrenó en el teatro Santa Catarina.
Se ha procurado exponer la belleza del horror sin consideraciones morales
, comenta Castillo.
La idea es reflejar que el amor es, sobre todo, un ejercicio de intereses egoístas; los celos no sólo como la pérdida del amante, sino como resultado de la frustración de no poder obtener como recompensa lo que esa complicidad que llamamos amor nos había de entregar.
Despreciada y desterrada
Medea, quien ha apoyado en sus campañas guerreras a Jasón hasta llevarlo a la victoria y a quien ha dado hijos, será despreciada y desterrada.
Jasón, ahora sin poder, contraerá matrimonio por conveniencia y ambición con la joven hija de Creón. Medea enfurece y planea su venganza. Él explica y justifica que dicho matrimonio servirá para proteger a sus hijos y a ella misma.
No puse el acento en las habilidades de hechicera que tiene Medea, aunque sí se hace mención de ellas
, explica el creador escénico.
“La idea fue presentar a una mujer que se apasiona por un hombre, por el cual traiciona a todos los suyos, lo que es muy habitual que ocurra en todos los siglos.
Presentamos la relación de un hombre y una mujer, así como las violentas pasiones que acarrea.
La vigencia del mito de Medea, señala Castillo, no radica en sus versiones literarias, sino en la reiterada condición humana que repite esa conducta arquetípica. En México lo hemos visto muchas veces, como el caso de Elvira Luz Cruz, quien, abandonada por su amante, mata a sus cuatro hijos.
De igual manera, el odio y la venganza alcanzan en esta obra extremos aberrantes, provocados por las pasiones desatadas entre los protagonistas.
Sin el coro griego de la obra original
De acuerdo con Germán Castillo, algunos teóricos prestigiosos del siglo XX consideraron que, hablando en particular de la obra de Eurípides, ésta se mueve genéricamente en las suaves arenas del melodrama. Tomando por buena esa opinión, se ha llevado la estructura de este trabajo a la solidez seca, rotunda y sin juicio moral de la tragedia
. También para esta versión se suprimió el coro de la obra original.
Respecto de que Medea, como persona enamorada y vengativa, pueda ser reflejo de una mujer contemporánea, responde el director: “No creo que 150 años de feminismo hayan derribado 10 mil de cultura. Siguen siendo igualitas. Antes de llegar al crimen, recurren ahora a su abogado o abogada.
“Habrá algunas que se sientan molestas con la idea de que lo de las mujeres no es la reflexión, sino el lloriqueo. Sin embargo, por razones de mi biografía, he tenido amores con muchas intelectuales y feministas, y a la hora de la hora lloriquean. Pero los hombres también seguimos siendo los mismos: Jasón es un macho mexicano o de otra nacionalidad, si se quiere. Es de los que dicen: ‘si te portas bien con mi nueva mujer, te doy de comer’ o de los que amenaza con un trancazo.”
Con las actuaciones de Dobrina Cristeva, Lorena Glinz y José Alberto Gallardo, escenografía e iluminación de Gabriel Pascal, vestuario de Edyta Rzewska y música original de Rodrigo Castillo Filomarino, Medea se presenta en el teatro Santa Catarina (Jardín de Santa Catarina 10, Coyoacán).
Funciones jueves y viernes a las 20 horas, sábado a las 19 y domingo a las 18 horas.
La temporada concluye el 4 de octubre.