l transitar por el Anillo Interior, a la altura de San Cosme, se aprecia una pequeña capilla que actualmente es un centro cultural. Al investigar su historia nos enteramos que pertenecía al panteón Inglés, que se estableció en ese lugar en 1808. La razón fue el fallecimiento de varios extranjeros no católicos, como fue el caso del pintor británico Daniel Tomas Egerton y su esposa, quienes fueron asesinados en su casa de Tacubaya. A su lado se levantó unos años más tarde el panteón Norteamericano, que surgió para enterrar a los soldados estadunidenses que murieron en la ciudad de México durante la invasión de 1847. Éste aún se conserva como un monumento histórico.

El Inglés fue destruido cuando se realizaron las obras del Anillo Interior. La capilla se conservó; en estilo neocolonial que es una copia del barroco, la diseñó el arquitecto Manuel Gorozpe y actualmente funciona como espacio cultural del Gobierno del Distrito Federal.

Gorozpe cursó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes y se tituló en 1894. Fue parte del grupo de arquitectos del porfiriato que pusieron de moda la arquitectura regresiva, ya que utilizaron estilos neos, como el neobizantino, el neorrománico y el neogótico.

Fue un retorno a estilos arquitectónicos del pasado, pero utilizando métodos de construcción modernos. Usaban materiales como el concreto armado y el hierro fundido para las estructuras; el exterior y la ornamentación tenían la apariencia de las construcciones antiguas.

Ese viaje al pasado tuvo como origen un movimiento llamado romanticismo, que surgió en Europa en el siglo XIX y que duró hasta las primeras décadas del XX. Fue una reacción contra el frío arte neoclásico, que se inspiraba en formas de la arquitectura griega. Su propuesta era recuperar los estilos ornamentados y lujosos que el academicismo había desechado. Las nuevas obras neos tenían gran libertad con el ecléctisimo prevaleciente en la época, que permitía la utilización simultánea de distintos estilos arquitectónicos.

Esto se ve claramente en las obras que realizó Gorozpe, muy distintas entre sí. Para mencionar algunas, además de la Capilla Británica, en la misma colonia San Rafael: una casa en Miguel Schultz y el Instituto Científico San Francisco de Borja, hoy escuela secundaria Moisés Saenz, en San Cosme y Ciprés.

También construyó la Iglesia de la Sagrada Familia en estilo neogótico, el Seminario Conciliar, la Universidad Pontificia, la ampliación del hotel Régis y del antiguo palacio del ayuntamiento. En colaboración con el ingeniero Garita llevaron a cabo la recimentación de la Columna de la Independencia.

En alguna ocasión hablamos de una mansión en la calle de Cuba, en el Centro Histórico, que perteneció a la familia Ortiz de la Huerta, prominente en el porfiriato. A principios del siglo XX adquirieron una vieja mansión virreinal y contrataron al arquitecto Gorozpe para que realizara un proyecto moderno. Decidió demoler la mayor parte de la construcción, aprovechando parte de los sólidos cimientos y conservando algunos pisos de recinto en los patios. La casona estrenó nuevas técnicas constructivas y novedosos materiales: estructuras de hierro, acero y concreto. El interior luce mármoles, mosaicos, azulejos, cristales biselados, tapices importados de Italia y Francia, maderas finamente labradas y el colmo de la modernidad: un elevador de jaula con el anagrama de la familia.

En 1938 la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la arrendó e instaló la Escuela de Economía, que se había fundado en 1929 dentro de la Escuela de Jurisprudencia. Actualmente es propiedad de la UNAM y es una de las sedes del Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras (CELE).

¿Para comer que les parece el restaurante Los Mercaderes? Ocupa la planta baja del hermoso edificio con atlantes en la fachada, situado en 5 de Mayo 57. Tiene muy buenos cortes de carne. Para iniciar el potaje de lentejas es riquísmo y si prefiere pescado: el mixiote de robalo.

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