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De nuestras Jornadas

La unidad de las izquierdas

E

n el país se despliega la colonización del Estado por los poderes fácticos, lo cual ha provocado la destrucción del estado de derecho y el uso de los poderes formales para emprender una estrategia de apropiación privada de la riqueza común. Eso, además, ha generado persistencia de pobreza y ensanchamiento de la desigualdad extrema. La única posibilidad de detener esto es fortaleciendo las fuerzas sociales cuyo objetivo es la igualdad, es decir, de las izquierdas. La única manera de hacerlas fuertes es construyendo su unidad, que es efecto de la confianza.

La unidad es producto de reglas justas y claras en las que todos los actores estén de acuerdo antes de su ejercicio. Para construir programas, candidaturas y equipos comunes entre las diferentes expresiones políticas, y aun al interior de cada una de ellas, se requiere que todos compartan las formas de decidir. En el caso específico de las izquierdas, el debate más significativo se desarrolla ahora mismo al interior de Morena, sobre todo en la definición de su candidatura a gobernador para 2016. El hecho de que exista un severo conflicto interno en ese partido es indicador de que reglas y procedimientos no son compartidos por todos. La existencia de grupos transpartidarios (como el monrealismo) se convierte en un factor de caos y desconfianza en todos ellos: la mezcla promiscua de las militancias políticas entre PT, MC y Morena se opone a la unidad genuina. Se debe definir cómo los actores internos de Morena que han construido la estructura partidaria elegirán a sus candidatos, y resolver la queja de esa base de militantes en el sentido de que la dirigencia nacional les quiere imponer una candidatura desde el centro.

Es fundamental que en Morena logren limpiar estos humos ácidos y avancen hacia formas horizontales y desde abajo en la toma de decisiones, y con ello, se sienten las bases para la confianza, la unidad y la fuerza que las izquierdas requieren para detener la colonización del estado.