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Ver día anteriorDomingo 16 de agosto de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Modos del mercado eléctrico mexicano: la décima
A

ún no se dan a conocer las famosas bases del mercado. Esperemos su publicación para señalar algunas de las características principales de lo que será –a partir del primero de enero de 2016– el mercado eléctrico mayorista (mercado). Los tiempos están más que vencidos. Pero la insistencia gubernamental de este sexenio en cumplir plazos hace altamente probable que aparezcan de un momento a otro. No omito reiterar que la complejidad del asunto es mayor. Es preciso enfrentarla. Está en juego uno de los requerimientos más sensibles para la población.

Necesario será entender lo mejor posible lo que pasa. Lo que pasará… Compañeros especialistas en asuntos petroleros no dejan de señalar la enorme dificultad de lo eléctrico. Si no hay electricidad, a prender velas y veladoras, quinqués. O hacer uso de las limitadas baterías. Y si –por alguna razón– las fallas en el suministro se originan por falta de centrales eléctricas o falta de redes, no hay más que atender las urgencias con equipos de emergencia, siempre insuficientes y siempre caros, muy caros. Pero –simultáneamente– acelerar la construcción de centrales eléctricas y de redes, asunto que toma tiempo. Y con urgencias es más caro. Y acota uno de ellos. Si no hay gasolina, diésel, gas licuado del petróleo o algún otro petrolífero, se importa rápidamente. Para el caso del gas natural, la solución de indisponibilidad no es tan compleja como en el caso eléctrico, aunque también supone dificultades serias. Redes de gasoductos como las que ya se construyen en la zonas noreste, norte y noroeste de México. O terminales de gas natural licuado como las del Pacífico y del Golfo mexicanos. Lo cierto es que las bases del mercado eléctrico (bases) no salen aún.

No es sencillo diseñar la normatividad de un esquema de competencia mayorista de energía eléctrica. Pero no sólo de energía. Recordemos que el artículo 96 de la Ley de la Industria Eléctrica (ley) indica que las reglas el mercado –denominación conjunta de bases y disposiciones operativas del mercado– establecerán procedimientos que permitan realizar, al menos, transacciones de compraventa de: 1) energía eléctrica; 2) servicios conexos que se incluyan en el mercado eléctrico mayorista; 3) potencia o cualquier otro producto que garantice la suficiencia de recursos para satisfacer la demanda eléctrica; 4) los productos anteriores vía importación o exportación; 5) derechos financieros de transmisión; 6) certificados de energías limpias; 7) los demás productos, derechos de cobro y penalizaciones que se requieren para el funcionamiento eficiente del sistema eléctrico nacional.

Estamos en un proceso de reconformación de un sistema eléctrico nacional que –según la ley– se integrará con cinco componentes a partir de 2016. Los hemos señalado en otras notas. Los recordamos hoy: 1) red nacional de transmisión (poco más de 90 por ciento de la energía recibida en estas redes se mueve en tensiones de 230 o 400 kilovoltios; 2) redes generales de distribución (poco más de 90 por ciento de la energía recibida en estas redes se mueve en tensiones de 115 kilovoltios o inferiores; 3) centrales eléctricas que entregan energía eléctrica a la red nacional de transmisión o a las redes generales de distribución; 4) equipos e instalaciones del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) utilizados para llevar a cabo el control operativo del sistema eléctrico nacional; 5) los demás elementos que determine la Secretaría de Energía (Sener). El manejo y la interrelación de todos estos elementos deberán ser normados por esas bases del mercado. Definirán la manera en las que el Cenace y los participantes del mercado van a realizar sus actividades en dicho mercado mayorista.

Me he permitido señalar en otros momentos que hay dos puntos muy sensibles en estas bases: 1) la determinación de las etapas o fases de implantación de este mercado; 2) las reglas de comportamiento, normas y disposiciones que deberán observar sus participantes. Recordemos quiénes son éstos, según la ley. Se trata de personas que celebran contratos con el Cenace en calidad de generador, comercializador suministrador, comercializador no suministrador (siempre pienso en especuladores) o usuario calificado. Se trata de cuatro participantes genéricos, aunque la ley menciona cinco, por una coma extra o por una reiteración inecesaria en el parágrafo XXVIII del artículo tercero. Se espera, entonces, que en un buen número de capítulos y artículos, la Sener muestre no sólo los requisitos para que se obtenga el registro oficial de los diferentes sujetos activos de la nueva vida eléctrica de México, sino también bajo qué condiciones se pueden convertir en participantes del mercado.

Atendiendo al borrador de bases del mercado que hemos venido comentando desde inicios de marzo, se esperan definiciones claras sobre la operación del mercado en el corto plazo, en principio con una comercialización de energía eléctrica de un día en adelanto (por eso el mercado debe iniciar el 31 de diciembre de este año) o de tiempo real. También del mercado de largo plazo –de suma importancia por las subastas– en lo fundamental de potencia, de derechos financieros de transmisión y de certificados de energías limpias. El primero para contar siempre con los equipos necesarios para atender la demanda, considerando –como se dice en documentos oficiales como el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen)– capacidad de generación neta disponible, capacidad de interconexión, mantenimientos, salidas forzadas, y la famosa demanda controlable. El de derechos financieros de transmisión –según la ortodoxia del modelo eléctrico– para garantizar el cumplimiento del libre acceso y el uso no indebidamente indiscriminado de las redes. Pero también mayor capacidad para financiar su expansión, incluso en caso de que las tarifas reguladas no permitan recuperar costos.

Finalmente –con esos concluimos estas observaciones preliminares sobre el mercado– las bases deberán normar los contratos de cobertura que –también a decir de la ortodoxia– permitirán que los suministradores se cubran para atender eficientemente a sus usuarios: del servicio básico, calificados o de último recurso. Ya estamos a pocos días para conocer estas bases del mercado. Y mucho menos –relativamente– para que inicie este nuevo monstruo en nuestro país, el mercado eléctrico mayorista. Sin duda.

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