Domingo 16 de agosto de 2015, p. a12
A los poemas extensos, en verso o en prosa, por lo general se les ha caracterizado como ideas forzadas, todavía no depuradas, que sólo son o han sido híbridos experimentales interesantes
y nada más. Pero no es así, argumentemos en su favor que las composiciones en este estilo han sido siempre una posibilidad radical de hacer poesía.
Y en este poemario, editado a manera de homenaje a la actividad creativa del nicaragüense Ernesto Cardenal (Granada, 1925), este tipo de composiciones están dotadas de un ritmo que desentona con lo formal: poemas que lindan con el ensayo, otros que mediante la anécdota se aproximan al relato, los de tono personal que semejarían un diario, o las Coplas a Thomas Merton.
Cardenal ensaya en sus versos la poesía exteriorista, que no es un ismo, aclara el poeta, sino un estilo creado en Nicaragua para designar la escritura que nosotros preferimos
, que es la creada con las imágenes del mundo exterior, el mundo que vemos y palpamos, y que es, por lo general, el mundo específico de la poesía
, más narrativa, anecdótica, escrita con elementos de la vida cotidiana y concreta. Se plasman datos exactos, nombres propios y detalles precisos, poesía impura
.
El estricto orden cronológico de esta antología nos da un panorama de la evolución estilística, que no temática, de Cardenal. Gran parte de su poesía está alimentada del interés por las comunidades indígenas, que no es para nada similar a la curiosidad del investigador o la del antropólogo, sino la del poeta que busca actualizar el pensamiento histórico en un yo poético trascendente.
En sus versos en general, Cardenal plantea una posibilidad libertaria en la clandestinidad del revolucionario, del guerrillero; abarca, de igual manera, la religión, la revolución y la muerte, vista por él a través de sus camaradas caídos en la guerrilla, o en su posibilidad de llegada en cualquier momento y circunstancia.
Quitándole toda su carga religiosa, su exacerbada fe, en la poesía de Cardenal permanece el tono exteriorista, todo lo antipoético que él quiere expresar, y lo coloquial. Es, a final de cuentas, la espiritualidad de un ser consecuente con su postura ideológica ante el latrocinio de la toda historia de la humanidad, del prójimo, sin distingos ni exclusiones. Recordemos la escena en la que el papa Juan Pablo II, en 1983, lo amonestó en público por ser ministro sandinista y simpatizar con la Teología de la Liberación
. Hincado frente al pontífice, Cardenal le sonríe.
Su poesía no sólo está basada en la estética de la evocación literaria, anticipa a ella lo áspero de la realidad, de su experiencia. Sus versos exaltan los esfuerzos del hombre por llegar a conocerse a través de la realidad de las actuales circunstancias.
Título: Noventa en los noventa:
Ernesto Cardenal
Antologador: Sergio Ramírez
Editorial: Trilce
Páginas: 382
Variaciones de la imaginación
El contenido de este libro semeja una degustación narrativa, en la que lo pluritemático es el punto central.
Más allá de la definición controvertida de lo fantástico, los escritores aquí antologados trazan perspectivas vinculadas con la salud actual del cuento de este género. Toman consideración del campo y el objeto literario para encauzar la multiplicidad de sus intenciones narrativas.
Textos ágiles como el de Jorge F. Hernández que describen y juegan con un texto muy concreto; otros más irónicos y propositivos como los de José Abdón Flores y Paola Tinoco, que no por ello dejan de ser homogéneos.
Título: Tierras insólitas
Selección de Luis Jorge Boone
Editorial: Almadía
Páginas: 214
La anécdota del traslado
Da la impresión de que todo está permitido al escribir crónicas de viaje. Sin solemnidad, Eugenio Partida escribe la experiencia de sus estancias en diferentes países y los arriesgados sucesos que protagonizó.
Con prosa ágil aborda este estilo narrativo, mezcla de verdad y ficción, sin importar el orden, lo que plasma es una especie de diario decadente, trágico, lleno de excesos y libertinaje.
Periodismo cargado de mucho Gonzo. Entre su formación literaria ha dicho que desde muy joven fue lector de las crónicas de los primeros descubridores españoles, libros como Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, del que le llamó mucho la atención el lenguaje, “nadie me lo explicó, pero empecé a leer y, creo, puede despertar una sensación semejante al ‘realismo mágico’, la sensación del descubrimiento del mundo”, de donde destaca como notable el logro de Bernal que, como soldado, era poco instruido
.
Título: Viaje: crónicas
Autor: Eugenio Partida
Editorial: Almadía, producciones
El salario del miedo
Páginas: 298