Viernes 14 de agosto de 2015, p. 2
Washington.
Investigadores han producido un analgésico opiáceo a partir de la manipulación genética de la levadura de panadería, proceso complejo que permitió sintetizar en pocos días un componente del opio, según sus trabajos publicados ayer.
Este progreso, que sigue a otros divulgados en meses recientes en este campo de investigación, abre la vía a un nuevo método de producción mucho más rápido y menos costoso de medicamentos derivados de las plantas, según los científicos de la Universidad de Stanford, en California. Su estudio se publica en la revista estadunidense Science.
En él describen cómo lograron reprogramar genéticamente la levadura empleada desde hace milenios en la fermentación del vino y la cerveza para que esas células, de rápido crecimiento, conviertan en apenas de tres a cinco días el azúcar en hidrocodona, un derivado de opiáceos.
Proceso con posibilidades
Ese proceso industrial lleva cerca de un año entre la cosecha de la adormidera legalmente cultivada y la producción de analgésicos en laboratorios farmacéuticos, afirman.
La hidrocodona y las sustancias químicas asimiladas, como la morfina y la oxicodona, forman una familia de analgésicos derivados del opio que se extrae del látex de la adormidera.
Las cantidades producidas aún son mínimas. Se necesitan 16 mil 600 litros de levadura tratada con esta técnica de ingeniería genética para producir una sola dosis de hidrocodona, precisan. Sin embargo, aseguran que la experiencia demuestra que es posible manipularla genéticamente para obtener medicamentos derivados de plantas, subraya Christina Smolke, profesora de bioingeniería en la Universidad de Stanford y directora de la investigación.
La producción de artemisinina contra el paludismo a partir de levaduras genéticamente modificadas fue el primer gran éxito de la bioingeniería para fabricar un medicamento que hasta entonces sólo se producía a partir de la artemisa.