El ajedrez es mucho más que un juego. Es una herramienta fundamental que ayuda a desarrollar el pensamiento estratégico y táctico, la creatividad y la capacidad de cálculo, análisis y síntesis; a fortalecer las capacidades cognitivas, educativas y pedagógicas; a aumentar la atención y la concentración, y también a reforzar la memoria.

Hiquingari Carranza, presidente de la Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica (que cuenta con el apoyo del ex campeón mundial Gari Kasparov), aseguró lo anterior y dio a conocer que en octubre se certificará a profesores, educadores y pedagogos que estén interesados en la aplicación del ajedrez pedagógico en el país.

En entrevista, destacó la relevancia de practicar este juego y la necesidad de motivar a los niños desde muy pequeños, incluso antes de aprender a leer y escribir, para que puedan acercarse a él. En España, resaltó, recientemente se aprobó una ley para que sea materia obligatoria en la educación básica; para que esto se haga realidad falta el aval de las 17 comunidades autónomas de ese país.

Refuerza el carácter

La Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica se creó el 2 de abril de 2014 en la ciudad de México con la presencia del referido campeón mundial de esta disciplina de 1985 a 2000. Su misión es divulgar entre los niños y jóvenes de 3 a 18 años la práctica del ajedrez.

Carranza explicó que en la fundación se entiende al escaque no sólo como actividad deportiva y recreativa, sino también como poderosa herramienta que permite alcanzar numerosos objetivos en distintos campos transversalmente entrelazados, como el pedagógico, el social; el combate a la delincuencia y a la violencia, e incluso la creación de empleos.

El ajedrez fortalece el carácter y la sensibilidad emocional de quien lo practica y permite adquirir herramientas que nos acompañarán el resto de nuestras vidas, así como entender que en la sociedad hay reglas. Hay que tomar en cuenta que aquí no hay azar; es una mente contra otra enfrentadas en un tablero de 64 casillas con millones de variantes, donde cada movimiento es un reto a la inteligencia, un problema diferente a resolver, y se tiene que hacer rápido.

El experto refirió que hay evidencia de que esta actividad –de la cual se sabe que es de origen hindú– se practicaba al menos hace mil 600 años, aunque hay hipótesis de que las primeras dinastías egipcias pudieron haberlo jugado hace 5 mil años.

Existen estudios –apuntó— que demuestran que el ajedrez también es promotor de la reconstrucción social, ya que gracias a las herramientas que ayuda a desarrollar los jóvenes tienen más posibilidades de negarse a consumir drogas y a participar en actos delictivos. Es una actividad que fomenta la comunidad, fortalece a las familias y cierra las debilidades por las que entra la delincuencia.

El programa de trabajo de la fundación busca llevar la práctica del ajedrez a las escuelas prescolares, primarias, secundarias, bachillerato y otros espacios educativos para niños y jóvenes, pero también a centros de convivencia familiar, clubes deportivos, domicilios particulares, parques, plazas y explanadas de todo el país.

Debido a que en México hay muy poco personal calificado para concretar este objetivo, la organización realizará el Seminario de Capacitación y Certificación para Profesores de Ajedrez, el cual se impartirá en dos sesiones presenciales el último fin de semana de octubre.

El seminario posteriormente constará de 230 horas de formación a distancia. El costo de la capacitación y certificación será de 850 pesos, y aunque está abierto a cualquier interesado, el objetivo es llegar particularmente a maestros, educadores o quien se relacione con la formación de menores.

Las inscripciones se pueden hacer en el portal.

Carranza enfatizó que el seminario está avalado académicamente por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y laboralmente por el Instituto de Capacitación para el Trabajo (ICAT) del Distrito Federal. Se han realizado dos ediciones anteriores (2014 y 2015) con cerca de 4 mil asistentes de todas las entidades del país.

Hoy con estas personas capacitadas ya podemos llegar a un millón 200 mil niños (se calcula que cada uno podría atender al menos a 200 menores). Pero si consideramos que en México hay 30 millones de alumnos de educación básica, necesitamos 500 mil profesores. Se trata de una inversión importante, pero a la larga será benéfica, finalizó.