La OSIM y el CIR dieron un concierto, resultado de un campamento de verano en Querétaro
Dirigidos por Eduardo García Barrios, estrenaron cuatro canciones mexicanas con arreglos musicales de Arturo Márquez, entre otras interpretaciones que pusieron a bailar al público
Lunes 10 de agosto de 2015, p. 9
En la explanada Octavio Paz de la Biblioteca México, el público ovacionó y bailó las obras que interpretaron la tarde del sábado los 212 niños y niñas de la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM) y el Coro Infantil de la República (CIR).
El concierto de ambas agrupaciones fue resultado de lo que aprendieron en la edición 24 del Campamento de Estudios y Conciertos de Verano, que se realizó del 2 al 7 de agosto, en Amealco, Querétaro, con la finalidad de mejorar su estilo y ejecución.
Los intérpretes, cuyas edades oscilan entre siete y 17 años, no defraudaron al público, en lo que podría ser la prueba final del curso, ya que en cada nota entregaron el corazón. Su rostro reflejaba la pasión por la música y estaban concentrados en su interpretación a pesar de que eran grabados en varios celulares de sus familiares.
Este proyecto ha logrado que niños y jóvenes en el escenario puedan desprender toda su energía en sus interpretaciones, tal es el sentido del programa del Sistema Nacional de Fomento Musial, que promueve el quehacer musical y el desarrollo integral de los estudiantes, al tiempo que se forman nuevas generaciones de músicos.
En el concierto, dirigido por Eduardo García Barrios, los pequeños no sólo mostraron su compromiso con la música, sino también ofrecieron con gran calidad obras de diversos estilos como Caresse Sur l’Océan, de Bruno Coulais, o La arlesiana, suite no. 2, de Georges Bizet.
Desde que salieron al escenario todo el ambiente fue de fiesta; incluso algunas madres en apoyo a sus hijos gritaban su nombre. Los instrumentistas e integrantes del coro sin duda se divirtieron en esta su primera presentación tras finalizar el campamento del verano.
Con gran calidad, los niños y jóvenes de las agrupaciones también interpretaron una de las grandes obras sinfónicas de todos los tiempos, La gran Pascua rusa op. 36, de Nikolái Rimsky-Korsakov, así como la poderosa pieza de Giovanni Battista Pergolesi Stabat Mater Dolorosa, maravillosa pieza sobre la imagen de La Piedad.
La segunda parte del programa dio un giro de lo clásico a la música tradicional, en la que los jóvenes estrenaron cuatro canciones mexicanas: Hanal Weech, El feo, Tirineni Tsïtsï y Canción mixteca, con arreglos musicales de Arturo Márquez.
El director Eduardo García Barrios dedicó la interpretación de los estrenos a la memoria del compositor oaxaqueño Narciso Lico, quien falleció el pasado 5 de agosto. Subrayó que el también Premio Nacional de Ciencias y Artes entregó su vida a la música tradicional de Oaxaca y compuso muchas obras como sones, jarabes, valses, danzones. Fue un extraordinario maestro que fundó un sistema de bandas comunitarias en siete de las ocho regiones oaxaqueñas.
A la música de Márquez le siguieron Janitzio, de Silvestre Revueltas, y la música hispanoamericana de Manuel de Falla con la suite no. 2 de El sombrero de tres picos.
La alegría y el gozo por la música eran impresionantes. Como cierre del concierto, los jóvenes decidieron interpretar West Side Story, de Leonard Bernstein, así como algunos mambos del cubano Dámaso Pérez Prado. Parte del público cantó y bailó las obras, mientras otros trataban de guardar ese instante mágico en su cámara fotográfica o un iPad.
Casi dos horas de felicidad regalaron los 110 instrumentistas y 102 cantantes del campamento de verano 2015. Fue un gran día para la música con la interpretación de la OSIM y el CIR, quienes ofrecieron un segundo concierto ayer, en el Palacio de Bellas Artes.
