La permanencia de Carlos Navarrete como presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) está en vilo. Las diversas expresiones políticas del partido analizarán su situación al frente del Comité Ejecutivo Nacional en la reunión del Consejo Nacional que se llevará a cabo este fin de semana, tras el revés que tuvo el partido en las elecciones del 7 de junio, sobre todo en la ciudad de México, y el tropiezo de la semana pasada de que el Partido del Trabajo (PT) se fusionaría con el PRD, situación que desmintió la dirigencia del instituto político aludido.

Eleazar Márquez, consejero nacional del PRD, comentó que se busca el relanzamiento del partido, por lo que se harán cambios en las dirigencias estatales que no lograron 5 por ciento de la votación, se valorará el cambio o ratificación de la directiva nacional, redefinirán la política de alianzas y discutirán una reforma estatutaria. Por ello, el consejo nacional definirá la fecha de la convocatoria al congreso nacional.

Todos tienen un mérito y trayectoria; el objetivo no es sustituir a nadie sino fortalecer la vida institucional del partido y relanzarlo con una nueva visión, acotó.

En el sol azteca hay un gran abandono

José Narro Céspedes, de Unidad Democrática Nacional (UDN), comentó que se discute el cambio de la dirigencia nacional, hay quienes se pronuncian por la renuncia sólo de Navarrete y que sea sustituido por una dirigencia provisional que una a todos. Una nueva dirección que promueva las alianzas no sólo con los partidos políticos, sino con el movimiento social, que tenga claro que Morena no es el enemigo sino un contrincante político y que tenga una línea política clara de oposición al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y al Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Ayer, integrantes de dichas expresiones afinaron el documento que presentarán a los consejeros nacionales y en el cual sostienen que “hay un gran abandono de la vida interna y externa del PRD, lo que ha provocado un retroceso político y electoral en más de la mitad de los estados del país. Hemos llegado al límite, es impostergable dar un vuelco (…) Es necesario el cambio de la dirección política del partido”.

En el documento preliminar –que se pretende tener concluido este jueves– se destaca que el PRD debe promover un amplio frente opositor, conformado por los partidos de izquierda, personalidades de organizaciones progresistas de la sociedad civil y con el Partido Acción Nacional (PAN), con miras a las elecciones de los próximos tres años; convertirse en un instrumento abierto y al servicio de la sociedad, y que reivindique, promueva y practique la ética y transparencia, por lo que urge una reforma estatutaria para dar institucionalidad al órgano de transparencia y de archivo, y aprobar el código de ética partidaria.

Asienta que las corrientes deberán reconstituirse para dejar de ser grupos de interés, de presión y de sustituir a los órganos de dirección del partido. Hay que acabar con los órganos de papel para que los miembros de los comités y consejos deliberen y tomen decisiones libremente en el ámbito de sus atribuciones. Ello en alusión a las presiones que ha ejercido Nueva Izquierda, de la cual es integrante Navarrete.

En el pasado proceso electoral, se asienta en el documento de nueve páginas, el PRD fue incapaz de presentarse como una opción real y atractiva de la izquierda, “debido a prácticas y lastres en (su) vida interna, lo que llevó a que amplios sectores de la sociedad nos identificaran como parte del statu quo”.

También expone que los grupos parlamentarios, particularmente los estatales, y una buena cantidad de sus dirigencias, se sometieron a intereses de los gobiernos de partidos contrarios al PRD, por una falta de seguimiento y vigilancia de la dirigencia nacional.