Viernes 31 de julio de 2015, p. 31
Tampico, Tamps.
Bryan, un niño de cuatro años de edad, sufrió síndrome de Stevens-Johnson –que puede ser mortal– y más de la mitad de su cuerpo quedó lleno de ámpulas, al parecer por reacción a un medicamento que le recetaron en el consultorio de una farmacia de similares.
El 24 de julio el menor presentó dolor de cabeza y fiebre. Su madre, Elsa González Cruz, pensó que era varicela y lo llevó a la clínica que atiende las 24 horas.
Poco después comenzó a presentar ámpulas en la piel. Tiene todo el cuerpo como si se le hubiera quemado, con llagas
, relató angustiada.
El niño fue trasladado del hospital civil de Ciudad Madero al aeropuerto de Tampico Francisco Javier Mina y posteriormente al hospital Shriners en Galveston, Texas, donde se le ofrecerá tratamiento completamente pagado por la fundación Michou y Mau para Niños Quemados.
Pedro Enrique Zaragoza Cárdenas, anestesiólogo y miembro del equipo de transporte aeromédico de la fundación, conformó el diagnóstico y explicó que el síndrome de Stevens-Jhonson tiene varias etapas y estadios. En este caso estamos a tiempo para obtener un buen pronóstico
, dijo.
Otros médicos de la fundación recordaron que la automedicación puede causar daños al organismo e incluso la muerte.
La tasa de mortalidad de este padecimiento es alta si no se atiende a tiempo
, explicó Salvador Vázquez Ortiz, pediatra neonatólogo y especialista en nutrición clínica.
El daño no se limita a la piel. Afecta las mucosas y órganos internos: boca, pulmones, estómago, etcétera, y las lesiones tienden a ser necrosantes, es decir, muere el tejido
.
La madre de Bryan trabaja en una fonda y su padre, quien los abandonó, es pepenador.