La Cámara de Diputados informó que desde 2002, al principio del primer sexenio panista, hasta 2015, el país ha dejado de recibir ingresos equivalentes a 7 billones de pesos, como resultado de beneficios y tratamientos fiscales preferenciales a empresas y personas físicas, en un promedio anual de 4.9 por ciento del PIB.

En un estudio sobre el presupuesto de gastos fiscales y su impacto en el sector rural, el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable indicó que en el sexenio de Vicente Fox el impacto fue de 2.184 billones; en el de Calderón, de 2.886, en lo que va del actual sexenio asciende a 1.671 billones, y para 2016 será de 564 mil 563 millones de pesos adicionales.

Esto, explicó el centro de estudios de la cámara, pese a que los gastos fiscales reflejan una tendencia a la baja y de que el sector empresarial perdió 43 por ciento de apoyos y beneficios en 2014, como parte de la reforma fiscal, pero que recuperó para el ejercicio en vigor.

Los gastos fiscales se refieren a los ingresos que el gobierno federal deja de percibir por tasas diferenciadas en impuestos, exenciones, subsidios y créditos fiscales, condonaciones, facilidades administrativas, estímulos, deducciones y tratamientos y regímenes especiales.

En su documento, el centro detalló que si bien el proyecto de gastos fiscales es distinto del Presupuesto de Egresos de la Federación es sólo una estimación y no se informa del resultado real, en la práctica ambos coinciden en el efecto que tienen sobre los recursos públicos.

Señala que, en promedio, desde 2002 cuando el gobierno federal comenzó a presentar un reporte anual de los gastos fiscales, 81 por ciento de los tratamientos fiscales preferenciales se explican de una desviación en la estructura normal del ISR y el IVA, por tanto, los beneficiarios son los contribuyentes de estos impuestos, como ocurre en otros países.

Para este año, los gastos fiscales de IVA e ISR representan 91.2 por ciento del total, con 43.6 y 47.6 respectivamente, proporción sólo superada en 2005 y 2006, cuando sumaron 94 por ciento.

Refirió que si bien en 2015 los montos muestran poca variación respecto de 2014, sí hay crecimiento de 24 mil millones en el ISR de personas físicas que se explica por el gasto fiscal del Régimen de Incorporación Fiscal, que integra a quienes se encontraban en el desaparecido régimen de pequeños contribuyentes.

No obstante, resaltó que debido al dinamismo de incorporación al nuevo régimen (31 mil 346 personas o pequeñas empresas en promedio mensual), el gasto fiscal por ese concepto disminuya en los próximos años conforme se reduzcan los descuentos en las contribuciones.

En 2002, el presupuesto de gastos fiscales fue de 329 mil millones; en 2007, 581 mil millones, y al principio de este sexenio, de 643 mil millones, pero se redujo en 2014 a 496 mil millones y volvió a subir a 532 mil para 2015.

Tal repunte se explica, indicó, porque en este año el monto de beneficios fiscales para las empresas fue el mayor en términos absolutos, con 170 mil millones, una pérdida de 0.94 por ciento del PIB.

Entre 2002 y 2009 ese gasto fiscal observó una tendencia a la baja y a partir de ese año y hasta 2015 es a la alza. Este hecho se contrapone con uno de los principales objetivos de la reforma fiscal, sin embargo, se espera que sea temporal y disminuya, estimó.