Con un concierto en el Teatro de la Reforma a cargo de Los Pregoneros del Recuerdo, el Instituto Veracruzano de la Cultura (Ivec) rendirá homenaje esta noche al compositor Lorenzo Barcelata. La velada musical, que comenzará en punto de las 20 horas, es apenas el inicio de una serie de acciones a seguir para dar constancia del talento, el legado y la enorme importancia que Lorenzo Barcelata tiene en el acontecer cultural nuestro, según dijo a La Jornada Oved Contreras, vocero del Ivec. 

Originario de Tlalixcoyan, Veracruz, uno de los pueblos de la cuenca sotaventina, Lorenzo Barcelata se dio a conocer como compositor a los 14 años de edad con el tema Arroyito, canción bucólica que describía el ambiente pueblerino cuasi idílico de esa parte del Golfo. Siguiendo esa veta y como no había gran cosa por hacer, el joven Barcelata siguió escribiendo canciones y poemas referidos a la zona rural veracruzana. El Coconito, El arreo y Palomita son de esa época.

Fundó el Trío Tamaulipeco

Es a instancias de su madre, quien ve en él un portento de artista, que Barcelata abandona el pueblo natal y el oficio de entorchador de puros para lanzarse a la aventura musical en un periplo que lo lleva, primero, al puerto de Veracruz, luego a la ciudad de Tampico, en la que con Ernesto Cortázar y Alberto Caballero fundó el Trío Tamaulipeco, y después a la ciudad de Nueva York, donde se involucra en la industria cinematográfica como compositor de canciones para películas, guionista, escenógrafo y actor.

Se dice que Lorenzo Barcelata tenía un talento natural tanto para la música como para los guiones cinematográficos y la actuación. A él se debe el inicio en el cine mexicano de los dramas campiranos musicalizados con mariachi, así como la aparición del traje de charro y los caballos tal como se muestran en Allá en el rancho grande (1936), cinta en la que aparece en el papel de Martín, el caporal de la hacienda, junto al actor y cantante Tito Guízar.

En el cine le fue bien, pero es en la creación musical donde se advierte su gran talento y sensibilidad. Su canción más famosa es María Elena (conocida por muchos como Tuyo es mi corazón), escrita originalmente para María Elena Torres Espinel, a la postre su esposa. La música de este tema se escuchó por primera vez en Estados Unidos como fondo de la película Bordertown (1935), un año antes de que apareciera en la película homónima mexicana.

Lorenzo Barcelata escribió, grabó y registró 214 canciones con la compañía Peer Music, además de otras 41 que nunca registró. El maestro Arturo Pitalúa, director de los Pregoneros del Recuerdo destaca, a su vez, la pluralidad de géneros musicales (ranchero, son jarocho, huapango, bolero, sones, guarachas y rumbitas) en los que el maestro compuso y el profundo sentimiento que impregnaba en sus canciones. 

Como dato adicional destaca que en 1977 su canción El cascabel fue seleccionada –junto a piezas musicales de todo el planeta– para representar los sonidos de la Tierra en un gramófono enviado al espacio a bordo del Voyager, con la intención de que algun día pueda ser escuchado por las inteligencias extraterrestres que lo encuentren.