Algunos pacientes con cáncer de pulmón presentan una mutación denominada ALK (Anaplastic limphoma kynase), y para esta alteración genética se ha desarrollado una terapia que bloquea el crecimiento de la enfermedad al interferir en blancos moleculares, lo cual les da mayores esperanzas de supervivencia, según especialistas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).

Es un derecho de los pacientes saber que para el cáncer de pulmón hay varios tratamientos, no sólo la quimioterapia, indicó Jorge Arturo Alatorre Alexander, director de la Clínica de Oncología Torácica del INER.

El cáncer de pulmón es el más frecuente y el que mayores muertes provoca, de acuerdo con el especialista. Cada año se diagnostican a 1.8 millones de personas en el mundo; en México, la prevalencia durante 2012 fue de 8 mil 439 pacientes, de los cuales 85 por ciento murieron; es decir, 7 mil 608 personas.

Existen distintos tipos de cáncer de pulmón, los cuales se agrupan en aquellos con células pequeñas y con células no pequeñas. De este último –el más frecuente, pues representa 85 por ciento de los casos– se deriva el adenocarcinoma.

La mutación ALK se presenta entre 3 y 8 por ciento de los pacientes con adenocarcinoma, explicó el oncólogo Omar Macedo Pérez. Indicó que pacientes no fumadores o fumadores pasivos, es decir que están expuestos al humo del tabaco, son quienes en su mayoría la sufren.

Para la identificación de los pacientes con ALK, explicó Macedo Pérez, habrá que practicarles pruebas moleculares; de esta manera se podrá saber si son candidatos a esta nueva terapia personalizada o terapia blanco, que se basa en una pastilla inhibidora de segunda o tercera generación que ataca sólo las células tumorales, no al resto.

Quienes han recibido esta medicación, aseguró, disminuyeron en tres semanas la tos y la dificultad para respirar, sin los efectos agresivos de la quimioterapia. Tres de cuatro pacientes redujeron considerablemente el tamaño del tumor.

La supervivencia libre de progresión del cáncer puede llegar hasta 18.4 meses, contrario a la quimioterapia, que ofrece una expectativa de tres meses.