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La actriz cubana, recordada por su personaje en Conducta, murió de cáncer

Para Alina Rodríguez lo único importante era un buen guión y un papel que hiciera reflexionar
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Alina Rodríguez en un fotograma de Conducta, tomado de Internet. Su interpretación de Carmela fue considerada magistral. Allí volcó todos sus sentimientos, su versatilidad, afirma Miguel Barnet, presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba
 
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de julio de 2015, p. 9

La Habana.

Alina Rodríguez, una de la más versátiles actrices cubanas, la maestra Carmela del multipremiado filme Conducta, falleció en La Habana a los 63 años de cáncer, informó este martes la prensa local.

El deceso de Alina constituye una gran pérdida para la cultura cubana, señaló la estatal Agencia de Información Nacional (AIN) al reportar la muerte de la actriz.

Alina fue homenajeada por sus admiradores, colegas y amigos en la principal funeraria de La Habana. El féretro fue cubierto por la bandera cubana y un ramo de mariposas, flor nacional.

Como fue su última voluntad, sus restos fueron cremados y sus cenizas lanzadas al mar al final de la tarde de este martes.

Carmela, su última aparición en la pantalla grande

Nacida en La Habana el 4 de octubre de 1951, Rodríguez se caracterizó por su versatilidad interpretativa tanto en el teatro, en el que comenzó, como en la televisión y en el cine. Su personaje de Carmela en la película de Ernesto Daranas (2013) fue su última aparición en la pantalla grande.

Por ese papel recibió el premio a la mejor actriz en el Havana Filme Festival NY en 2014. En 1991 ganó el mismo premio en el Festival Latino de Nueva York.

Su filmografía abarca otras nueve películas como Otra mujer, de Daniel Díaz Torres; Miss Océano (Cuba-Italia, 1993) y Blue Moon (Cuba-Venezuela,1995), de Fernando Timossi.

No tengo nada en específico que desee, no tengo un personaje, pero sí me interesan los papeles que dicen cosas, que tienen algo interesante, que hacen reflexionar a la gente, que la mueven, (...) un personaje bueno y un guión bueno, algo que no siempre ocurre, no nos toca siempre, afirmó en una entrevista reciente.

Alina Rodríguez tenía uno de los ojos más expresivos del teatro cubano, aseguró este martes el presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, Miguel Barnet.

A su juicio, la actriz será recordada por su talento y versatilidad indiscutibles.

Poseía una vis cómica y a la vez dramática; la recuerdo mucho en el teatro, en Santa Camila de La Habana Vieja y en tantas otras obras memorables, comentó el también presidente de la Fundación Fernando Ortiz.

Para Barnet, Rodríguez deja huella en el teatro y en el cine, en el que interpretó un papel magistral en Conducta. Allí volcó todos sus sentimientos, su versatilidad.

El actor Fernando Hechavarría consideró a la actriz como un paradigma de las generaciones venideras de artistas.

El actor cubano Enrique Molina dijo que la muerte de Alina es un gran golpe para la cultura del país.

Me va a costar trabajo encontrar a esa compañera que nada más de mirarla entablaba una comunicación tan grande que sabíamos si alguno necesitaba una pausa en la actuación, aseguró.

La última película de ella como intérprete, Contigo pan y cebolla, de Juan Carlos Cremata, los presenta a ambos como un matrimonio, responsabilidad que asumieron, al igual que en varias series y telenovelas anteriores, con convicción y equilibrada dosis de comicidad y dramatismo.

Apoyo profesional

Alina era una actriz de las que van muy seguras al trabajo que les corresponde y nunca percibí con ella la desagradable sensación de que quería robarse las mejores escenas; por el contrario, siempre sentí el apoyo de la profesional con su compañero de trabajo, contó.

En opinión de Molina, Rodríguez era muy estudiosa; no hacía nada improvisado.