Los perritos de Jeff Koons, los cráneos, diamantes, mariposas, puntitos y tiburones de Damian Hirst y las latas de sopa de Andy Warhol se asoman por los cuadros de Fabián Ugalde (Querétaro, 1967).

La crítica del creador, no obstante, está dirigida a las instituciones culturales que de algún modo se subordinan a las directrices trazadas por el mercado y muchas veces sobrevaloran algunas de estas piezas, que pueden tener una carga estética, una pertinencia histórica, pero en muchos casos podrían no estar en un museo. Sin embargo, no pretende descalificar a los artistas.

Se trata de la serie Art vs art, 15 de cuyos cuadros se exhiben en la Galería de la Secretaría de Economía, despliegue que sirvió para presentar el catálogo de la exposición del mismo nombre que Ugalde montó hace dos años en el Museo de la Ciudad de Querétaro.

Lecturas propias

–¿Cómo le fue con la serie?

–Se paga factura a veces cuando criticas a la institución, al curador, a los circuitos del arte o a las ferias. Por un lado, siento que en algún momento he sido excluido de la selección de arte contemporáneo por el espíritu crítico de esta serie.

“Por otro, la apropiación muchas veces es calificada de oportunismo o de carencia de ideas, de creatividad, que lucramos de algún modo con la obra de alguien más, cuando muchos de ellos mismos recurren a lo mismo. El perro inflado, por ejemplo, pertenece a la cultura popular.

Abiertamente, las tomo y aprovecho los valores estéticos que tienen muchas de estas piezas, pero para dar mi propia lectura. Dentro del mercado hay quien entiende mi mensaje y quien no. También quien a lo mejor compra una pieza mía sintiendo que se acerca a una obra de Koons o Hirst. Eso no lo controlo, pero es una especie de juego en el que se ve el poder de la mercadotecnia.

Para realizar esa serie, Ugalde conservó de su manera de proceder la síntesis de las imágenes y el trabajar en planos de color –no hay calidades, ni texturas, todo es plano–, siguió buscando composiciones que son centradas, que tienden a la simetría; trató de no meterse en composiciones muy atrevidas o buscar soluciones compositivas muy osadas.

Trato de mantener ciertos límites en mis composiciones y buscar posibilidades dentro de lo narrativo y estos puentes entre un autor y otro, entre un momento histórico y otro, entre objetos de la vida cotidiana y piezas de arte. Me interesa buscar esos puentes formales y de contenido para provocar imágenes con nuevas lecturas.

La serie, sin embargo, tiene sus horas contadas porque el artista siente que las representaciones iconográficas se han agotado: Me he metido, a lo mejor, con algunas imágenes que no tienen la misma contundencia. Lo que tenía que decir, ya lo dije en cuanto a la parte crítica. Ahora empiezo a trabajar por otras líneas más apegadas a la geometría, alejándome un poco de la figuración, también manipulando fotografía de manera digital.

Por otro lado, siempre ha procurado tomar cierta distancia de la tradición pictórica en México. Romper con la imagen del pintor mexicano. Al tratar de desaprender a dibujar, he encontrado rechazo de los pintores mexicanos, entonces, al caminar en medio, a veces es entre codazos tanto de los nuevos medios como de pintores.

La exposición Art vs art concluirá el primero de agosto en la Galería de la Secretaría de Economía (Alfonso Reyes 30, colonia Condesa).