La danza, como la vida y el universo, es un pensamiento. Y éste puede verse, así como la música, que también es un pensamiento y puede escucharse.

Tal es la manera de pensar del bailarín y coreógrafo estadunidense Alonzo King (Georgia, 1952), considerado por la crítica especializada “uno de los pocos y verdaderos ballet masters de nuestro tiempo”, quien de esa manera responde por qué todas sus obras están concebidas como estructuras de pensamiento.

La música es un pensamiento audible y la danza un pensamiento hecho visible. Por eso puede haberlas de tipo heroico, erótico, incluso filosófico, porque, al final de cuentas, son disciplinas que vienen del pensamiento, explica.

Estamos acostumbrados en el arte a que se nos hable de historias claras o abstractas. Para empezar, todo es historia y todo es abstracción. Por eso, alguien que dice que su obra no trata de algo está diciendo tonterías. Todo es abstracción y pensamiento.

Verdad y belleza

En conferencia de prensa efectuada ayer, la víspera del debut de su compañía Lines Ballet en el Palacio de Bellas Artes, Alonzo King sostuvo que el ballet, que la danza, no es un estilo, sino una ciencia del movimiento.

Compartió que al principio de su carrera no pensaba en generar un estilo ni un lenguaje, sino más bien estaba obsesionado con la verdad y la belleza que, a su decir, son los elementos que pueden transformar a las personas.

Por eso miro el ballet y le quito lo que no es necesario. Si uno ve un ballet italiano, ruso o inglés, todos son como una copia de los manierismos que tienen uno o dos grandes bailarines, subrayó.

Precisó que uno de los empeños de su compañía ha sido retomar lo mejor de cada una de las grandes tradiciones del ballet del mundo. Por ejemplo, dijo, de la inglesa, sus movimientos de pies, mientras de la rusa, la plasticidad de sus evoluciones.

Gentil todo el tiempo durante la charla con los medios de comunicación, efectuada en el Palacio de Bellas Artes, el artista dijo que, más allá de toda parafernalia escénica o interacción con otras disciplinas, lo más importante en la danza es relatar historias y dar un mensaje.

Como ejemplo se refirió a La Ilíada, de Homero, de la cual señaló que aunque es una obra muy local y está situada en un tiempo específico, su grandeza estriba en el mensaje de cómo los hombres hacen frente a todos los obstáculos del destino.

Inquirido, Alonzo King se refirió a cómo concibe la energía sobre el escenario y precisó que absolutamente todo existe por energía; incluso una piedra la tiene.

Para mí, antes de la energía estuvo un pensamiento y partir de eso se creó algo. Lo mismo pasa en la danza: todo comienza con un pensamiento y de allí se desprende lo demás. La danza conjuga la energía y el tiempo, y la manipulación de la energía se da mediante un instrumento común: el cuerpo. Realmente, los grandes bailarines ven a su cuerpo no como algo suyo, sino como un elemento externo; ellos bailan con el corazón y la mente.

El bailarín y coreógrafo se dijo muy emocionado por presentarse por vez primera en el Palacio de Bellas Artes: No hay ningún artista en el mundo que no sueñe con estar en este emblemático y hermoso escenario lleno de historia, historias, grandes nombres y energía. Es increíble poder estar aquí y contribuir dejando algo de mi energía.

Reconoció la influencia que ejercen en su proceso creativo su gusto e interés por la historia de las antiguas civilizaciones mexicanas, como la olmeca, la maya y la mexica. Son absolutamente inspiradoras para mí. Todas mis obras tienen algo de esas culturas.

En su debut en Bellas Artes, la compañía de Alonzo King, fundada en San Francisco en 1982, ofrecerá un repertorio que incluye las obras Concierto para dos violines, Quinteto de hombres y Terreno de escritura. La función es hoy a las 19 horas.