Nueva York.

La compañía de traslados Uber logró sellar un acuerdo transitorio con la ciudad de Nueva York, que por el momento no impondrá restricciones a la expansión de los servicios de la empresa, según anunciaron ayer fuentes oficiales.

El concejo municipal de la metrópoli debatió una iniciativa que proponía poner coto al crecimiento de la compañía, pero la decisión fue en favor de Uber y contra las restricciones, lo que representa un fabuloso éxito de lobby para la empresa y un duro revés para sus detractores.

A finales de junio se presentó una propuesta de ley respaldada por el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, que disponía que aquellos servicios de remplazo de taxi que tuvieran más de 500 vehículos sólo podrían ampliar su flota en uno por ciento anual.

Para Uber, que ha ampliado su presencia en las calles neoyorquinas a pasos agigantados y cuya cantidad de coches asociados supera la cifra de taxis clásicos, la medida hubiese sido un duro golpe.

La decisión aún podría ser revertida, pero según lo decidido ayer, primero se llevará adelante un estudio que analice en qué medida la expansión acelerada de Uber en Nueva York impacta en los embotellamientos y en el caos de tránsito que vive a diario la ciudad.

El estudio, con el que la empresa deberá colaborar, se llevará adelante durante cuatro meses. En ese lapso, Uber podrá continuar creciendo sin restricciones.

Para De Blasio la decisión es un claro revés. Hace pocos días, en un artículo publicado en el New York Daily News, había manifestado su claro respaldo a poner coto al crecimiento.

Uber ofrece traslados a través de una aplicación móvil. La empresa, con sede en San Francisco, pasó de ser un start-up a moverse como compañía en varios países. Se estima que su valor actual supera 50 mil millones de dólares. Sin embargo, no todo es color de rosa en su evolución: vive fuertes enfrentamientos en muchas regiones con el sector de los taxistas, que ven su trabajo amenazado por una competencia que consideran desleal.