Estados Unidos y Cuba marcan una nueva era al reanudar este lunes sus relaciones diplomáticas con la reapertura de sus embajadas en La Habana y Washington, en una jornada histórica que pondrá fin simbólicamente a la “guerra fría” en el continente americano.

Más de 54 años pasaron desde que el 3 de enero de 1961, tras meses de tensiones desde el triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro en 1959, ambos países cerraron sus respectivas legaciones diplomáticas.

Siguieron después décadas de hostilidades abiertas, una invasión frustrada a la isla en 1961 y una rivalidad ideológica que llegó a poner al mundo incluso al borde de la guerra nuclear con la Crisis de los Misiles en 1962.

Una solemne ceremonia de alrededor de 15 minutos de duración oficializará mañana en esta capital la reapertura de la embajada de Cuba en Estados Unidos.

En una primera etapa, cuyo comienzo está previsto a las 10:33, hora local, será izada la bandera de la estrella solitaria, entonado el himno nacional y mostrada la placa indicativa de que la casa número 2630 de la calle 16 es la embajada de la República de Cuba en territorio estadunidense, después de casi cuatro décadas de acoger su sección de intereses, representada por Suiza.

El movimiento correrá a car- go del destacamento de bande- ra del batallón de ceremonias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, encargado de hacer ondear el pabellón de la isla en cielo estadunidense.

La segunda parte del acto transcurrirá en el interior de la embajada, donde el canciller Bruno Rodríguez pronunciará un discurso ante unos 500 invitados, la mayoría pertenecientes a sectores políticos, económicos y sociales de la nación norteña.

Aunque no está prevista alguna ceremonia formal en La Habana, la sección de intereses de Estados Unidos en Cuba también se convertirá plenamente en embajada justo después de la medianoche del domingo.