Los proyectos editoriales Guchachi Reza (Iguana Rajada), El Alcaraván, Calamus, figuran entre los muchos emprendidos a lo largo de los años por el artista, gestor cultural y activista Francisco Toledo.

Esa faceta del pintor fue reconocida la noche del pasado miércoles en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, ante un público que llenó el recinto y que, al final, ovacionó a Toledo en vísperas de su cumpleaños 75.

Natalia Toledo, poeta e hija del homenajeado, al encabezar la mesa Toledo y los libros, moderada por Mardonio Carballo, expresó:

“Toledo tiene manos de pulpo, porque mientras piensa en una portada está pendiente de una llamada, hace citas, lee los periódicos, vuela papalotes con los rostros de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, toma café, defiende el Cerro del Fortín, convoca a conferencias, se pelea con Gabino Cué, compra libros para las bibliotecas, dona su colección de arte bajo el resguardo del Instituto Nacional de Bellas Artes, mece la cuna de los pintores oaxaqueños y, como muchas otras personas que velan por el mundo, quiere terminar de recordar el último verso del poema Los justos, de Jorge Luis Borges, ‘estas personas que se ignoran están salvando el mundo’. Feliz 75, papá. Y gracias por contribuir con tu arte y trabajo en favor de nosotros.”

También instó a los presentes a pelear por las cosas por las que hay que hacerlo y seguir apoyando “al maestro, sobre todo, en esto del Cerro del Fortín. Va a haber, me parece, una consulta. Al fin aceptan una consulta. Tengo mis dudas, porque seguramente va a ser amañada, habrá acarreados y demás, entonces todos los oaxaqueños que, supongo, somos los que podemos votar, no sé si también los que están afuera.

Por favor, votemos, para que no se haga el Centro de Convenciones en el Cerro del Fortín. No tenemos por qué quitar árboles, que haya ecocidio. Un árbol que quitas, afectas al mundo entero.

Pinocho, libro complicado

El diseñador gráfico Bernardo Recamier, con 30 años de colaborar con Francisco Toledo, se dijo impresionado por la capacidad que tiene para generar proyectos de todo tipo a la par de su obra personal. Esto habla de una generosidad inmensa para con la comunidad.

Uno de los primeros proyectos en los que Recamier colaboró con Toledo fue El Alcaraván, el boletín del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Iago), que fue fundamental para la formación de muchas personas interesadas en la gráfica.

Se trata de experiencias que, sin duda, han sido parte fundamental en mi formación como diseñador editorial.

Sin embargo, uno de los proyectos más complicados que coordinó fue cuando Toledo le pidió que supervisara la impresión del libro Pinocho.

El poeta juchiteco Francisco de la Cruz se refirió a las grandes virtudes del homenajeado, como pintar a los animales de nuestra región y crear diversos mundos que nacen de su pensamiento. Dignifica a los zapotecos y al pueblo de México.

El ponente se mostró muy agradecido, pues recordó que en 1985 Toledo realizó un dibujo para ilustrar su primer poemario.

La abogada y poeta Araceli Mancilla Zayas habló del proyecto editorial para las lenguas indígenas de Oaxaca en el que participa con el artista, iniciado con la publicación de 20 fábulas de Esopo, traducidas a cuatro variantes del zapoteco.

Hubo canto con la soprano mixe María Reyna González López y música con el pianista Joaquín Garzón Rivera y su grupo.