El bailaor presentará su espectáculo Improvisao en el Lunario el próximo sábado
Heredero de la legendaria escuela de danza gitana fundada por su abuelo, Farruco, asegura que su baile no está sujeto a reglas
No es una exhibición, sino mostrarse tal como uno es
Jueves 16 de julio de 2015, p. 8
“El flamenco que bailo no está sujeto a reglas; por eso el espectáculo que presentaré se llama Improvisao”, expresó en conferencia de prensa Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, quien ofrecerá una gala de su arte en el Lunario del Auditorio Nacional, el 18 de julio.
Farruquito es heredero de la legendaria escuela de danza gitana fundada por su abuelo, Farruco, e hijo del cantaor Juan Fernández Flores El Moreno y de la bailaora Rosario Montoya Manzano La Farruca, por lo que ha pasado toda su vida inmerso en el arte flamenco más puro y racial.
En 2015 regresa a México en plena madurez artística, país en el que debutó con tan sólo 12 años de edad como parte de la puesta en escena Andaluz, que el bailaor español Antonio Canales presentó en Bellas Artes en 2001. Ahora trae Improvisao, espectáculo que traslada al público al universo tradicional y mágico de un arte que celebra la vida, en el que el bailaor y sus músicos son el centro de la creación artística sin artificio alguno, con la improvisación como leitmotiv.
Precedido de gran fama y de comentarios positivos en medios de importancia internacional actuará en el Lunario con un grupo que no deslucirá: los cantantes son Antonio Villar, Fabiola Pérez, Mari Vizarraga y Pepe de Pura; el toque-guitarra estará a cargo de Román Viceriti y Juan Requena; la percusión, de Ane Carrasco; la iluminación, de Óscar Gómez; el sonido, de José Camacea, y dirección de Juan Manuel Fernández Montoya.
Su abuelo Farruco le decía que el flamenco no se podía estudiar en ningún conservatorio; es algo que se trae en el alma. “Es una celebración. Pienso que es una tradición y se transmite de padres a hijos. En mi caso, yo cantaba en la casa y bailaba. Esto lo hago desde siempre. Dice mi madre que esto comenzó en sus brazos. No pensaba dedicarme a esto, sino fue algo mío. En Sevilla tengo una academia de baile y están inscritos muchos mexicanos, que tienen una actitud muy bonita y mucho interés por adentrarse en una cultura.
Creo que el flamenco es una forma de vivir, una filosofía. Para mí nunca ha sido una profesión. Cuando estoy en el escenario es un disfrute. Me preguntan sobre la evolución del flamenco. Para mí fusionar no es evolucionar; esto último es estar en la raíz y el gesto. Una soleá no se puede dar sin el gesto flamenco. Éste no es una exhibición, sino mostrarse tal como uno es. Tiene que ver con el gesto y una manera de transmitir. Debo decir que hay muchos boleros mexicanos pasados por bulerías.
Afirmó: El flamenco ha sido el mejor sicólogo que he conocido. Toca algo muy profundo de cada uno. Entra en la vida cotidiana de todos. Eso que se vive se soporta sólo siendo un gran amante del flamenco. Me atrevo a decir que es necesario, porque ayuda a vivir. Te recuerda quién eres. Hace que no te sientas solo jamás en el camino. Somos la suma de todo lo que vivimos
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El duende, ese momento mágico que se pasa en el escenario
El duende… no se sabe qué es. “Yo digo que tiene muchas definiciones. Para mí, es ese momento mágico que pasa en el escenario. No es algo que va a suceder y nadie puede repetir ese momento. No es un paso, una coreografía; tiene que ver con el amor. Mi espectáculo es Improvisao y así será. No tiene una coreografía. Como ocurre en una fiesta flamenca”.
Sobre las fronteras y el problema migratorio opinó: “Es una realidad. Los jóvenes enfrentan las fronteras y la música, el arte y el flamenco no tienen fronteras. En el siglo que vivimos, toda persona que discrimina a alguien por su cultura, por su color de piel, no se ha sabido integrar en la realidad de la vida. La música es una cultura universal. El flamenco no discrimina a nadie. Farruco decía que le preguntaban por qué no era más conocido, por qué no tenía más éxito y respondía que quien sabía de flamenco lo conocía”.
El productor musical, arreglista, compositor y mánager, Ricardo Pachón, considerado una de las figuras más influyentes en la historia del flamenco contemporáneo, ha discho que “con su propuesta Improvisao, Farruquito se propone retomar la esencia de un flamenco íntimo, auténtico y visceral, en el que los artistas se despojan de los trucos escénicos para dejarse la piel en un heroico intento por fundirse con el público mediante la improvisación
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