Políticos, residentes, estudiosos y guías de turistas toman partido mientras el conflicto arrecia
El entierro de Santa Lucía, que ahora está en un templo de Ortigia, es admirado por unas 3 mil personas al día
Expertos del Centro Regional de Restauradores en Palermo sugieren que no debe volver a La Borgata, porque las condiciones son inadecuadas y deteriorarían el cuadro
Jueves 16 de julio de 2015, p. 3
Roma.
Cuatrocientos años después del final de su accidentada vida, Caravaggio está en el centro de una nueva disputa, cuando dos iglesias de Sicilia batallan por la propiedad de una de sus pinturas más importantes.
El entierro de Santa Lucía, que el antihéroe barroco pintó dos años antes de su muerte, ocurrida en 1610, ha sido retirada varias veces para restauración, pero ahora se encuentra en medio de una pugna entre iglesias en distritos rivales del puerto de Siracusa.
Una es la basílica de Santa Lucia al Sepolcro, en el distrito de La Borgata, que fue el hogar original de la pintura. Pero también la reclama la iglesia de Santa Lucia alla Badia, en la pequeña isla adyacente de Ortigia, cuyas minúsculas y retorcidas calles forman el centro histórico original de la ciudad. Ella tiene ahora la obra de arte y quiere conservarla.
Políticos, residentes, historiadores de arte y guías de turistas toman partido mientras el conflicto se acalora, informó el diario La Repubblica.
Caravaggio goza hoy día de un estatus de superestrella: un estudio canadiense publicado en 2010 sugirió que el número de publicaciones dedicadas a él es mayor que para el gigante renacentista Miguel Ángel. Por tanto, las iglesias –y distritos– rivales en Siracusa parecen decididas a poseer tan rutilante obra, que Caravaggio pintó cuando llegó a Sicilia luego de huir de la isla de Malta. En gran parte por su naturaleza tempestuosa, salir por fuerza de una ciudad donde había vivido era un evento recurrente para el pintor, cuyo nombre de bautizo fue Michelangelo Merisi. Aunque estuvo activo en Roma, Nápoles y Sicilia, así como en Malta, al verse involucrado en incidentes violentos en el curso de su vida tuvo que cambiar varias veces de residencia.
Ortigia, barrio de palacios color de miel e iglesias del estilo barroco siciliano, ha experimentado una especie de remodelación en años recientes. Ahora atrae cientos de miles de turistas al año, y se estima que tres mil visitan cada día la iglesia de Santa Lucia alla Badia para ver la pintura de Caravaggio.
Pero Santa Lucia al Sepolcro y sus partidarios en la Borgata también quieren su parte. Luigi Puzzo, presidente de la Asociación de Fieles de Santa Lucia al Sepolcro, ha declarado al diario Siracusa News que espera que el retorno de la pintura a su hogar natural
ayude al renacimiento del barrio, como ocurrió con Ortigia. Fue trasladada de allí en 2010, cuando comenzó el trabajo de restauración de la deteriorada estructura.
Maria Rita Sgarlata, ex consejera regional de cultura, ha recabado 2 mil firmas en demanda de que el cuadro regrese a la basílica. Y algunos dicen que el traslado de la obra a Santa Lucia alla Badia ha conducido al oscurecimiento de otro cuadro en la misma iglesia.
Sin embargo, la Directiva Nacional de Guías Italianos afirma que la pintura debe permanecer en Ortigia, pues en la basílica quedaría aislada.
Hasta ahora, expertos del Centro Regional de Restauración en Palermo han tenido la última palabra. Sus revisiones recientes han sugerido que las condiciones en la basílica significan que por ahora no debe volver allá. Afirman que el entorno en Santa Lucia alla Badia, aunque lejos de ser ideal, es menos húmedo, y el cuadro corre menos riesgo.
La obra, que representa el entierro de la importante santa siciliana Lucía, ya estaba en malas condiciones después de una restauración menos que exitosa realizada en 1979.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya