Horas después de que Joaquín El Chapo Guzmán Loera se escapó de la prisión de más alta seguridad, Estados Unidos ofreció al gobierno mexicano todo lo que tiene, drones, expertos e incluso una fuerza especial de tarea para recapturarlo, pero no obtuvo respuesta de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, señalaron funcionarios y expertos estadunidenses en la lucha antidrogas al diario The New York Times (NYT).

El rotativo afirmó en un artículo que la relación entre Estados Unidos y México en el combate al narcotráfico, “que fluyó sin dificultades y buenos resultados durante el gobierno del panista Felipe Calderón, se ha vuelto tensa y llena de obstáculos en el mandato priísta, que ha preferido marginar a Washington del combate contra los cárteles”.

Es muy frustrante, declaró Carl Pike, agente especial de la división de operaciones especiales de la agencia antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés), quien se retiró apenas en diciembre pasado después de haber participado en el arresto de El Chapo, el 22 de febrero del año pasado.

Fue trabajo de muchos hombres, y todo para que lo pusieran en una situación en la que simplemente puede meterse dentro de un túnel y escapar.

El experto señaló que el gobierno mexicano insistió en dejar en un segundo plano la participación de las autoridades estadunidenses en el arresto y jactarse de que la misión fue una victoria únicamente de agentes mexicanos.

Según el NYT, es parte del discurso de Washington afirmar que los cárteles mexicanos no están tan fuera del control de las autoridades mexicanas como podría parecer, pero que esto se debe ante todo a que Estados Unidos está involucrado en la cooperación en el combate al crimen organizado. Ahora que las relaciones se han vuelto tensas y que Estados Unidos se siente dejado al margen, este discurso podría cambiar.

Los mexicanos creen que somos dominantes e imperialistas, y nosotros creemos que ellos son corruptos, opinó Adam Isacson, de la Oficina de Washington para América Latina, quien recordó que durante el gobierno de Calderón incluso se permitió que drones de la DEA sobrevolaran territorio mexicano.