Académicos consideran que la huida exhibe la corrupción del sistema político
Lamentan que Peña Nieto acostumbre viajar junto con Osorio Chong y deje al país sin mando
Lunes 13 de julio de 2015, p. 12
La fuga de Joaquín El Chapo Guzmán Loera no sólo es muestra de la corrupción que existe en el sistema político y penitenciario del país también denota un grave error
de gobernabilidad del gobierno de Enrique Peña Nieto: pasar por alto la regla del sistema político de que cuando el presidente se ausenta corresponde al titular de la Secretaría de Gobernación quedar a cargo de la estabilidad nacional, enfatizaron especialistas universitarios.
Javier Oliva y Pedro Peñaloza, investigadores en temas de seguridad de las facultades de Ciencias Políticas y Sociales y de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), respectivamente, señalaron que no es la primera vez que Peña Nieto y Miguel Ángel Osorio Chong salen juntos de gira, pero en esta ocasión, debido al escape del narcotraficante, el error es trascendente.
El constitucionalista Imer Flores, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, consideró que lo grave no es que los funcionarios estuvieran fuera de México, sino que quedó de manifiesto la corrupción del sistema penitenciario y que el Altiplano no es un penal de máxima seguridad.
Para Oliva la evasión de Guzmán Loera es una gravísima evidencia
del nivel de corrupción e impunidad en México. Sobre la entrevista que Peña Nieto dio a una televisora internacional tras la captura de El Chapo –en febrero de 2014–, donde aseveró que sería imperdonable
una nueva fuga, el académico sentenció que es imperdonable, sobre todo por las repercusiones nacionales e internacionales del escape.
Imagínense el impacto que puede tener en el ánimo de los soldados, marinos y policías federales y sus familias que todos los días arriesgan su integridad física
en la lucha contra el narco. Alertó sobre las consecuencias que tendrá en Estados Unidos, que solicitó la extradición de El Chapo, pero se dijo que antes tenía que cumplir su sentencia en México.
Este suceso, enfatizó, es la oportunidad para que el gobierno federal haga ajustes a la estrategia contra la delincuencia organizada.
Peñaloza subrayó: “El error estratégico es que en México se descabeza, pero no se desarticula. Sólo se arresta a los gerentes de los cárteles, pero no se hace nada con la red de complicidades políticas y económicas que sustentan al narcotráfico. Pese a la captura de Guzmán, no se tocaron los bienes, cadenas de producción ni de distribución del cártel de Sinaloa. Cuando sean detenidos miembros de la clase política que son cómplices, se estará desarticulando”.
La fuga del líder del cártel de Sinaloa es una confesión pública de la añeja y dilatada crisis del sistema penitenciario mexicano, pero al mismo tiempo muestra que el modelo punitivo (que inició con Felipe Calderón y sigue con Peña) no es la solución para enfrentar el narcotráfico
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Flores lamentó que las autoridades mexicanas no hayan previsto que El Chapo era un experto en el uso de túneles para evadir a la justicia mientras estuvo libre, por lo que lamentó que no se hayan tomado las precauciones para blindar los suelos y subsuelos de los penales de máxima seguridad. El mayor problema es la corrupción
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