En febrero del año pasado, días después de la reaprehensión de Joaquín Guzmán Loera, el periodista León Krauze preguntó al presidente Enrique Peña Nieto: “casi 70 por ciento de los mexicanos dicen que hay una posibilidad de que se vuelva a escapar El Chapo, ¿usted se compromete a que eso no va a ocurrir?”

Peña Nieto respondió: Es una obligación que tiene el Estado mexicano y más, creo yo, frente a lo que ya ocurrió en el pasado; sería verdaderamente algo más que lamentable, imperdonable, que lo ocurrido hace algunos años pudiera volverse a repetir

“Es algo en lo que he insistido, créeme que todos los días, al titular de Gobernación; es algo que ya le dije, ‘¿y lo tienes bien vigilado? ¿Estás seguro?’ Porque evidentemente es una responsabilidad que hoy tiene el gobierno de la República, asegurar que la fuga ocurrida hace algunos años nunca más se vuelva a repetir”.

Por otro lado, también el entonces titular de la Procuraduría General de la República, Jesús Murillo Karam, en una entrevista con la agencia Ap, dijo lo siguiente:

El gobierno de México ‘‘no tiene ninguna intención’’ de extraditar a Estados Unidos al ex líder del cártel de Sinaloa, El Chapo Guzmán, quien fue detenido el 22 de febrero del año pasado y está encarcelado en una prisión de máxima seguridad, aseguró Murillo Karam.

En entrevista con Ap, el entonces procurador general dijo que estaba prevista la llegada de la petición de extradición por parte de Washington, pero subrayó que no tenía ‘‘ninguna intención’’ de concederla.

‘‘Puedo aceptar la extradición, pero en el momento que yo diga. El Chapo se tiene que quedar aquí a cumplir su condena y después lo extradito. Unos 300-400 años después; falta mucho’’, afirmó.

Murillo Karam indicó en aquella ocasión que en Guzmán Loera se aplicó ‘‘toda la capacidad de investigación’’ que necesitaban, y que extraditarlo a Estados Unidos ahorraría muchos costos al país, pero defendió su permanencia en México por ‘‘una cuestión de soberanía’’ hasta que concluyan todos los procesos en su contra.