Ramalá.

El gobierno de Israel liberó este domingo al preso palestino Khader Adnan –que había estado en detención administrativa– por su precaria salud tras pasar 55 días en huelga de hambre para denunciar el polémico procedimiento que admite el arresto sin inculpación ni juicio por periodos de seis meses renovables de forma indefinida.

En mayo de 2012, Adnan acabó en detención administrativa y durante 66 días sólo bebió agua con vitaminas y sales.

Por la figura que permite a Israel mantener encarcelado indefinidamente a un sospechoso de terrorismo sin que haya que presentar cargos contra él, Adnan fue arrestado de nuevo el 8 de julio de 2014, con otros cientos de palestinos, tras el secuestro y el asesinato de tres jóvenes israelíes en la Cisjordania ocupada.

Esta vez pasó un año encarcelado y 55 días sin comer e ingiriendo sólo agua, con el riesgo de morir en cualquier momento, según su abogado y las autoridades palestinas, quienes advirtieron a Israel que era responsable de lo que pudiera ocurrirle.

Delgado y pálido, este hombre de 37 años, reconocible por sus pequeñas gafas redondas y su barba negra, inició estas huelgas de hambre para llamar la atención sobre la práctica que según Israel pretende ser una herramienta importante en la lucha contra las milicias palestinas.

Convertido en un símbolo de protesta, Adnan fue trasladado en una ambulancia israelí y entregado a los servicios sanitarios palestinos.

El miembro del grupo Yihad Islámica (segunda fuerza islamita después de Hamas en los territorios palestinos) detuvo su última huelga hace dos semanas a cambio de una promesa de que lo pondrían en libertad la víspera de la Noche del Destino, la más importante del mes de ayuno del Ramadán.

Actualmente, de los 5 mil 686 prisioneros palestinos en cárceles israelíes, 379 enfrentan detención administrativa, según cifras oficiales de ese país. En 2012, casi 2 mil presos recurrieron al ayuno para denunciar la dicho procedimiento.

Hace un año, 80 prisioneros fueron hospitalizados tras haberse negado a alimentarse durante cinco semanas. Las autoridades palestinas afirmaron entonces que temían por la vida de los 300 presos que participaban en este movimiento. A modo de respuesta, el parlamento israelí votó un proyecto de ley que autorizaba la alimentación forzosa cuando su vida corría peligro.

El texto no fue más allá, pero a mediados de junio de este año, ante la movilización palestina en torno a Adnan, el gobierno israelí reactivó el proceso de adopción de la ley. Los ministros consideran que las huelgas de hambre de los palestinos constituyen una "amenaza" para Israel aunque muchos médicos israelíes advirtieron que se negarían a aplicar la ley.