Ancianos, amas de casa y trabajadoras domésticas, grupos más vulnerables
El delito se redujo con el programa Yo no pago extorsión: Guillermo Terán Pulido
Lunes 13 de julio de 2015, p. 37
José, de 64 años, recibió una llamada en su teléfono celular y fue convencido de que tenían secuestrado a uno de sus hijos. Fue obligado a no colgar y a ir a una tienda Oxxo en la colonia Río Blanco, de la delegación Gustavo A. Madero.
Ya en el establecimiento, la voz amenaza con cortar los dedos a su hijo y le pide pasarle el celular a la cajera mientras le dice: Mi jefe te va a hacer un pedido...
El recién jubilado, quien creyó escuchar la voz de su hijo pidiendo auxilio, accede.
A la cajera, vía celular, con amenazas le ordenó entregar todo el dinero. En vez de eso accionó un botón y llegó la policía, que arrestó a José, víctima del delito de extorsión.
El sexagenario fue llevado a la coordinación territorial Gam II, donde se le inició la averiguación previa FGAMGAM2/T3/00825/1506, acusado de extorsión y tentativa de robo.
Los números
En el primer semestre del año, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) recibió 313 denuncias por extorsión, es decir, un promedio diario de 1.7 delitos de este tipo.
De las extorsiones que se cometen en la ciudad de México, 85 por ciento se hacen vía telefónica, con amenazas, explicó el titular de la Fiscalía Antisecuestro de la PGJDF, Guillermo Terán Pulido, encargado de combatir ese delito.
Aunque de acuerdo con las cifras la extorsión ha disminuido con la puesta en marcha del programa Yo no pago extorsión, hace tres años, el funcionario reconoció que las personas de la tercera edad, las amas de casa y las trabajadoras domésticas, que habitualmente pasan más tiempo en la casa, son más vulnerables a ese tipo de llamadas.
Los extorsionadores llaman al azar; usan antiguos directorios telefónicos y con la calle y el número usan aplicaciones de mapas para ver cómo es la fachada de la casa o datos de georreferenciación, y con esa información llaman a las casas donde habitualmente quienes están son los abuelitos y les hacen creer que los tienen vigilados
, explicó.
Salvo en el primer caso narrado, en el que el fiscal admitió que no es un método extendido de extorsión, el modus operandi que más utilizan los delincuentes es el chillón
, que consiste en poner una grabación con la voz de alguien que pide auxilio porque está secuestrado, y la persona que contesta cree que es uno de sus familiares, lo que lo coloca en un estado emocional muy vulnerable, explica Terán Pulido.
Otro caso
Doña Celia, de 76 años, recibió una llamada en su casa de la colonia Anáhuac, en la delegación Miguel Hidalgo. Le dijeron que su hija estaba secuestrada y le exigieron depositar en una tienda Elektra todo el dinero que tuviera.
Le advirtieron que no llamara a nadie ni pidiera prestado, y sin permitirle que colgara el celular, la abuela subió a un taxi y pudo colgar hasta que depositó 3 mil pesos a la cuenta indicada.
Pasmada de miedo, llamó a un sobrino para decirle que su hija estaba secuestrada; fue entonces que con un par de llamadas se descubrió el engaño.
Por este caso no se interpuso ninguna denuncia. Ella no quiso que nadie más se enterara de que fue engañada.
El funcionario admitió que aún hay casos que no se denuncian, pero aseguró que el número es bajo, aunque en realidad no se conoce con precisión la cifra negra.