n una ciudad de un país dentro de Rusia se desarrollaron al mismo tiempo reuniones de tres organizaciones internacionales. Formalmente se celebraron los días 9 y 10 de julio, pero de hecho las reuniones empezaron un poco antes.
La más familiar tal vez –tuvimos más cerca una reunión el año pasado en Brasil– es la del BRICS, con las iniciales de sus miembros Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Otra de las agrupaciones es la Organización para la Cooperación de Shanghai (SCO, por sus siglas en inglés), tal vez la más antigua.
Y la más reciente, la Unión Económica de Eurasia (EEU), de países que fueron de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
En total asistieron los jefes de Estado o de gobierno de Rusia, China, India, Brasil, Sudáfrica, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Afganistán, Irán, Pakistán, Mongolia, Bielorrusia, Armenia y Azerbaiyán.
Hay un antecedente inmediato importante: el trato sobre la transmisión del gas ruso entre Grecia y Rusia. Lo habíamos mencionado, pero ahora tenemos información más completa del caso.
Vamos a explicar en qué consiste el trato entre Grecia y Rusia sobre las exportaciones de gas ruso a Europa. Las exportaciones de gas natural de Rusia a Europa van a muchos países, incluyendo varios pequeños. Son 182 miles de millones de metros cúbicos al año.
La mayor parte de ese gas pasaba por Ucrania, pero esta cantidad se ha ido reduciendo de manera considerable, su contrato termina en 2018 y no se ve que se vaya a renovar.
El contrato firmado recientemente entre Rusia y Grecia, para trasladar 63 miles de millones de metros cúbicos, suma poco más de la tercera parte del total de las exportaciones rusas. De ahí seguirían más gasoductos a los países compradores.
Eso, por un lado, resuelve buena parte del problema ruso de cómo exportar lo que antes salía por Ucrania. Pero, por otro lado, representa una muy buena fuente de ingresos para Grecia, que bien que le hacen falta.
La relación con Grecia estuvo presente en las reuniones mencionadas, pero no de manera formal. Si no había una solicitud formal de Grecia, no podría haber una respuesta formal. Pero sí opiniones de altos funcionarios.
La portavoz del Senado ruso dijo, al canal 24 ruso de noticias, que Rusia estaba en posición de apoyar a Grecia en las formas que fuera posible, en cuanto ésta lo solicitara. Recordó que la independencia de Grecia se apoyó en la actividad de Rusia.
Un dato importante, y que puede tener relación, es que en esta reunión se inició el funcionamiento del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) del BRICS. El presidente ruso dijo que confiaba en que los primeros proyectos financiados por el NBD se iniciaran en 2016.
El ministro de Finanzas ruso indicó que, si lo solicita, Grecia tendría un financiamiento de este nuevo banco.
Otros proyectos importantes que financiaría este banco son la región económica de la Ruta de la Seda, y el de la Unión Económica de Eurasia.
La empresa rusa productora de ferrocarriles prepara proyectos, que serían financiados por el NBD, de ferrocarriles en Brasil y en India.
En cuanto a la SCO, que ya incluía a Rusia, China, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, ahora ingresan también India y Pakistán.
Rusia, China y Mongolia siguen adelante, ya han mejorado el transporte conjunto, ya hay un ferrocarril de Pekín a Moscú atravesando Mongolia.
Todo este cuadro, en relación con Grecia, favorece la posición que hoy está siendo negociada por el país heleno. Incluso la agencia noticiosa Reuters publicó que algunos, incluyendo a un alto miembro del partido de la canciller alemana, Angela Merkel, vieron las más recientes propuestas con escepticismo
. En un subtítulo, esa misma agencia dice: Alemania dice no al recorte de deuda de Grecia
.
También se ha dicho que el gobierno de Estados Unidos presionó a la gobernante de Alemania a que aceptara el compromiso. Había temor de que si no se firmaba, con eso se podría llegar a la salida de Grecia del euro. Lo que es seguro y público es su declaración al respecto difundida aquí, que fue:
“La Casa Blanca saludó hoy las propuestas presentadas por el gobierno de Grecia ante sus acreedores internacionales con miras a lograr un acuerdo que le permita tener acceso a un tercer programa de rescate.
“‘Hemos estado diciendo hace bastante tiempo que la solución o la resolución a los desafíos económicos de Grecia es un paquete de reformas y de financiamiento que vuelva a poner a Grecia en el camino del crecimiento y de la sustentabilidad’, dijo el portavoz Josh Earnest.
“‘Hacerlo le permitiría a Grecia continuar siendo parte de la unión monetaria europea y eso es algo que creemos, o que los griegos han expresado, que va con sus intereses’, añadió.”
No faltó quien, en la discusión escrita, recordara que a Alemania, después de las dos guerras mundiales, se le aceptó la reducción de la deuda y que eso permitió, con otras medidas, su posterior crecimiento económico.