Domingo 12 de julio de 2015, p. a16
Esclarecer el misterio que rodea la muerte de la madre ocupa los empeños del hijo que no se resigna a desistir de hurgar en un secreto de familia.
Una muralla de silencio paterno impide al vástago tener la certeza de cómo ocurrió ese fallecimiento. El dolor por la pérdida, sin embargo, no es suficiente para eludir esa necesidad por más escabrosa que sea la abstención de hablar.
El vacío y los dilemas existenciales propician un infinito caudal de incertidumbre y tristeza
, escribe Carla Guelfenbein en su novela El resto es silencio.
Repartir el corazón por aquí y por allá es difícil si se desea saber vivir, pues el fin abrupto de la adolescencia acarrea muchas vicisitudes.
Yo sé que el silencio, cuando no lo conoces, da miedo
, expresa Tommy, hijo del matrimonio de Juan Montes con Soledad.
Desatar el vendaval lleva a las personas a la zozobra, el silencio-rabia, el sentimiento de ruindad, la victoria y la provocación.
Cuando en el aire se instala un manto de derrota
, superarlo precisa del entendimiento humano, del que a veces quisiéramos estar ahítos.
Por eso, la farsa de la felicidad
es un invento del hombre para reprimir el deseo de poseer lo ajeno, afirma la narradora chilena galardonada con el Premio de Novela Alfaguara 2015 por su libro Contigo en la distancia, que presentó el jueves pasado en la Universidad del Claustro de Sor Juana.
Sentirse desvalido, carente de entereza, someterse a nuestros fantasmas y habitar las tinieblas nos lleva a una encrucijada. Al respecto, la autora señala: El arte de volar enmascara el aún más complejo y delicado arte de la fuga
.
Tommy no cejó en su búsqueda, franqueó los silencios negros del padre, quien lo dejó a merced del laberinto. El Minotauro halló la salida, mejor el hijo.
La sentencia de William Shakespeare, inscrita como epígrafe por Carla Guelfenbein: El resto es silencio
sirve de título y corolario de esta historia que se inscribe en los meandros de las que no tienen un final feliz, pues la cotidianidad de la muerte y el dolor son inmanentes a la condición humana.
Título: El resto es silencio
Autora: Carla Guelfenbein
Editorial: Alfaguara
Páginas: 249