uienes nacieron en 1994, desde que tuvieron edad para amar el rock, la electrónica o géneros afines pudieron tener en su mano un objeto que contuviera toda la discografía de un solo género o varios. Para un Millennial de tal generación, la música no tiene época: toda ella coexiste en un solo plano, al alcance de un click. Por ello no es raro que surjan músicos jóvenes que en su creación contengan elementos de diferentes décadas en un solo concepto, recreado con frescura, sin ánimo de copiar, con una ironía y oscuridad lírica ya no planeada sino natural, casi inconsciente: es lo que han mamado de las series de tv y de los terrores humanos en directo, convertidos en videojuegos que ya no sorprenden.

Shamir Bailey, conocido sólo como Shamir, nacido en Las Vegas en el año citado, emerge con el disco Ratchet como uno de los sabores más coloridos de 2015, que lo mismo llega al corazón a través de un soul clásico de agudísimo, cálido y prodigioso timbre, que pone a bailar con un rap de ritmo altamente pegadizo: todo un chicle bomba para infestar el verano.

Con el antecedente de tocar música country y de integrar el dueto de punk Anorexia, ayudado por su tía Mila Bailey, también músico, Shamir no es un artista solitario, sino la cara frontal de un equipo de trabajo digno de estos días de interconexión múltiple, cuya pieza clave es el productor y coautor Nick Sylvester, quien lleva las composiciones básicas de este chico afroamericano a un plano donde el R&N trillado vuelve a tener alma y personalidad; un sitio multicolor y posadolescente donde coexisten sin tiempo: la voz aterciopelada y sensible del sonido Motown, el house de los años 90, el electroclash (suma de new wave, disco, synthpop y post-punk) de la primera década de los 2 miles a lo DFA Records (LCD Soundsystem), Fischerspooner o Hot Chip; la electrónica orgánica (con instrumentos) del reciente Daft Punk, la experimentación accesible de Grace Jones (años 80) y el falsete disco de Sylvester, con la inevitable influencia de Prince y de Michael Jackson setentero. Estas últimas referencias son importantes, pues hay que agregar el aspecto andrógino casi infantil, no sexual ni perverso, de este carismático personaje: rasgo que le ha merecido puntos de simpatía.

Con todo, tampoco descubre el hilo negro. Si bien es un disco harto atrayente y representativo de su generación, Ratchet es un álbum disparejo y podría considerarse aún una buena promesa. Por un lado, los magníficos y bailables temas On the Regular, Call it off, Head in the clouds, opacan a temas interesantes pero medianos, como Hot Mess, In for the Kill o Youth. Aunque sus momentos soul son muy lindos, como en la espléndida Darker. Característica interesante es que sus productores dejaron en la grabación sus pequeños erro- res vocales, como para hacerlo sentir genuino, inmediato, lejos de la hiperproducción artificial de sus antítesis de misma edad, tales como Justin Beiber o Miley Cyrus. Se trata de un creador inquieto con aún mucho por ofrecer, cuya pista habrá que seguir, esperando que el estrellato pop no se lo trague.

LNG/SHT, La Bruja, Son Huasteco y Opeth

Viernes 10. 1. El rap insolente e hilarante de LNG/SHT; también: The Guadaloops. Imperial (Álvaro Obregón 293, Condesa). 22 horas, $100. 2. La Bruja y sus Conjuros. Original y curiosa propuesta que funde son calentano con algo de noise y travestismo. Capitán Gallo (Ayuntamiento 125, Centro). 21 horas, $25.

Sábado 11. 1. Rock en oposición: noche experimental con la banda pionera de electrónica avant-garde en México, Decibel, acompañada por Arteria. Muy recomendable. Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Roma). 20 horas, $70. 2. El canto enamorado e intenso de Ely Guerra, quien a piano y voz con Nicolás Santella, ofrecerá no sólo su repertorio habitual, sino temas clásicos de tradición mexicana. Lunario (Campo Marte y Reforma). 21 horas, $600 a $830. 3. Fusiones locales de ascendencia jamaicana con Bungalo Dub, Nedman Guerrero, Mexican Soundsystem, Herbalbeats, Abyssinia Hi Fi, entre otros. Bajo Circuito (Circuito Interior y Juan Escutia, Condesa). $50 (chicas no pagan de 21 a 23 horas). 4. Julio 11 y 12: desde Suecia, Opeth y su prog & death metal, consentido de la escena densa mexicana. Promueven Pale Communion, disco mezclado por Steven Wilson. Circo Volador (La Viga 146, Jamaica). 20 horas, $850. 5. Indie-rock de novísima camada con Freak Rockers y Polar. Bizarro Café (Yucatán 10, Roma). 21 horas, acceso libre.

Domingo 12. Segundo domingo de música tradicional. Esta vez, son huasteco con: Palomitas Serranas, Poetas del Son y Nostalgia Huasteca. Alicia (dirección citada). 15 horas, $50 (más conciertos).

Twitter: patipenaloza