Háganle como quieran: me quedo
n contra de cualquier ética moral y política, la legislatura veracruzana, con la sospechosa ausencia de la fracción panista, que abandonó la sesión del miércoles, para no oponerse formalmente, nombró a José Rubén Mendoza Hernández consejero presidente del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información.
La maquinaria priísta, sus satélites y la tibia postura del Partido del Trabajo y de Movimiento Ciudadano, que recurrieron a la abstención para no comprometerse, enmarcaron la imposición de Mendoza Hernández; sin votos en contra, a finales de mes éste asumirá una posición importante en materia de transparencia, a la cual llega tocado por la sospecha y la desconfianza.
La hipótesis de imparcialidad y objetividad con que debería actuar dicho órgano, garante de la rendición de cuentas en el ejercicio del erario y de la responsabilidad gubernamental, queda en entredicho cuando se observa el perfil profesional y político del flamante funcionario.
De acuerdo con la información que publicó en la plataforma change.org el periodista Jair García, quien convocó a reunir firmas para impedir el nombramiento, el presidente consejero no sólo perteneció a la estructura de este gobierno, sino que también fue secretario de acción electoral del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el estado.
El argumento es el siguiente: El nombramiento de Rubén Mendoza Hernández como consejero del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información es impresentable porque ha sido, en el PRI, consultor jurídico electoral; representante ante el consejo distrital federal de Córdoba; coordinador electoral distrital en Córdoba del precandidato Roberto Madrazo en 2005; miembro de la comisión de justicia partidaria; representante ante el consejo distrital local de Xalapa y, hasta el año pasado, subdirector de adquisiciones en la Secretaría de Educación de Veracruz, todo lo cual lo hace persona claramente vinculada y condicionada a los intereses priístas gubernamentales
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En respuesta, Mendoza declaró ayer que no renunciará ni al PRI ni a la consejería. De que tiene convicciones, no hay duda.